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martes, 30 de mayo de 2017

El huevazo de Pablo Manué

Era lo que le faltaba al pollo, que le metieran un "huevazo" como el que le cayó esta mañana al podemita Pablo Manué. Lo dicho, que en breves se nos adentra en una depresión, porque la gente no lo quiere, no lo ama, no lo estima. Si le vale de consuelo, Irene Montero, sí, ahora que para él tiene, o viceversa ¡Menuda leche se gasta la paisana! Eso le pasa por querer presumir de despacho en las Cortes. Se llevó allí al jefe de los taxistas -a quienes dice que apoya en su huelga- y luego se quiso dar un garbeo mañanero hasta Neptuno, la plaza de los "colchoneros", que últimamente poco tienen "pa" celebrar.