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domingo, 15 de octubre de 2017

Un hombre bueno y de paz, como el terrorista Otegui

Jopé, como al filósofo, ya nos están levantando algo más que dolor de cabeza. Son muy cansinos estos catalibanes y, además, muy mentirosos y muy tramposos. Mucho. No se les puede dejar entrar en juego alguno, porque con el hecho de mirar tan sólo un segundo para otro lado, zas, la clavan. Cuando en realidad estábamos jugando al "subastao", cambian las normas y resulta que el juego era un campeonato de golf, sin campo de hierba y, lo que es peor, sin palos y sin pelotas. Porque, siempre terminan con la misma cantinela: los palos los dieron los polis españoles, que también lanzaban las pelotas contra "nuestro pueblo, pacífico".