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domingo, 20 de diciembre de 2020

Por el camino a Belén

Ahora sí que nos la han "amolao" los del Brexit. Además de armar lo que han armado con su salida de la Union, los del Reino Unido nos regalan su adíos con una variante del coronavirus, una variante totalmente descontrolada. Ya son varios los países europeos que han suspendido todo tráfico aéreo con las islas. España, no. España se ha limitado, como medida de precaución, a exigir los PCR a los viajeros procedentes de las islas a su llegada a nuestros aeropuertos. El tiempo nos dirá si la media es o no acertada, o deberían ser los miembros de los comités técnicos y científicos los que asesoraran y aconsejaran lo que se debería hacer. Pero, en fin de semana, estos asesores estarán de descanso. ¡Jeje!

O estarán preparando la logística para la inoculación de la vacuna, a partir, justo de hoy en ocho días. El domingo que viene, el 27. Que esa es otra. Sí sabemos que los primeros en recibirla serán los ancianos de las residencias, sus cuidadores y el personal sanitario. Luego, los grupos establecidos. Lo curioso de todo esto es que todavía nadie ha sido avisado o contactado para ponerle sobre aviso de que va a ser receptor de la vacuna. Tampoco se conoce la logística que se va a utilizar y a seguir y si los centros de Salud serán los únicos lugares en la que se "despache" y si el personal se va a ver reforzado.

A ocho días vista, no se sabe nada de nada. Y mucho nos tememos que no es por mantener un secreto, sino porque puede que esté imperando -como casi siempre durante la pandemia- la improvisación y la desfachatez. Porque, tampoco se observa mucho movimiento en las comunidades autónomas, ni una exigencia al Gobierno socialcomunista para establecer una comunicación, una coordinación. No se ve nada. Quizá porque estamos en fin de semana, ya digo Pero, es que el Gobierno presume de que el 27, domingo, empezamos. Eso esperamos.

Así que de domingo a domingo, éste ya a punto de finalizar, hemos visto cómo las calles de las capitales del país se han vuelto a llenar de coches, en manifestación, en contra, de la Ley Celaá y en apoyo a los centros de enseñanza concertada, a los que los socialcomunistas quieren enviar al "exilio". El Gobierno, como siempre, hará oídos sordos, mirará para otro lado, y aquí no ha pasado nada. Como con los dos millones de firmas recogidos en tiempo récord contra la ley de la socialcomunista. La basura, es lo más seguro, será su lugar de destino. Tampoco ha pasado nada.

Como no pasa nada cuando la analfabeta excajera de supermercado, laMontera, insulta desde el Gobierno a los policías ya los guardias civiles, a los que acusa de violentos y xenófobos. Esta del casoplón de Galapagar tiene la virtud de ponerse a todo el mundo en su contra, hasta a las propias feministas, apoyando un acto misógino. 

Y lo que no deja tampoco de levantar polémica es el concierto de Raphael. El cantante congregó a casi cinco mil personas en el WiZink Center, en Madrid. Pese a que los organizadores y la presidenta de la Comunidad, Ayuso, defienden la celebración del acto, porque se cumplían de manera escrupulosa todas las medidas de seguridad exigidas en tiempos de pandemia, el personal parece que no lo ve con buenos ojos. Rapahael, no obstante, volvió a caminar, un año más, por el camino que lleva a Belén

Por cierto, iluminados estaremos mañana por la estrella de Belén, que hace que no se nos muestra la friolera de ochocientos años. Ni los más viejos del lugar recuerdan haberla visto. Bienvenida sea, y, sobre todo, por si nos ilumina en este farragoso camino por el que transitamos, y el que se nos avecina.