Son
los otros procesos –que no “procés”-, los que parecía que no existían, a os que
parecía que ni le llegaba la hora; pero, el tiempo vuela. Ya están ahí. Van
llegando despacito, despacito, como la canción, pero, al igual que la música,
de manera insistente, machacona, lenta, sí, pero sin pausa. Pasarán por la Justicia todos aquellos que veíamos
manejarse con desenvoltura, con osadía y hasta con cara dura, esos a los que,
creíamos, para mayor escarnio, que eran capaces de situarse por encima de la Ley.