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Estos son como una enfermedad. No hay ninguna buena. Hasta que da la cara va destrozando todo lo que puede. Pues, estos, lo mismo. Ya ven a dónde han derivado. Al pillaje puro y duro. Cuatro días llevan los vándalos, con más intensidad en Barcelona que en Madrid, haciendo de las suyas, en protesta -eso dicen- por el encarcelamiento del delincuente rapero, que no es otro que Hasél. No podía ser de otra manera, estos delincuentes, que también son los que han tomado las calles de Barcelona al asalto, le han dado la espalda a los Mocetes de la Escuadra, y se han dedicado a delinquir, que es lo suyo, pero en esta ocasión arrasando comercios y establecimientos.
Que les daba igual que hubiera o no policía. Ellos a lo suyo. Si otros días lo que destrozaban era el mobiliario urbano y se divertían atacando a la policía, hoy lo que tocaba era el robo, en su más amplia extensión de la palabra. Verdaderos saqueos de tiendas y comercios, y porque no han podido entrar en las casas, con la disculpa de ser okupas, que los salva de todo. El primer establecimiento afectado, el de Nike, la marca de categoría del deporte. No le ha hecho falta al establecimiento colocar los carteles de "terceras rebajas". Ni mucho menos. Los salvajes han arrasado con todo. No han quedado ni una prenda.
Pues así con todos los establecimientos que se encontraban a su paso. Pena de una tienda de ropa de trabajo y botas de seguridad. Al menos, aprenderían a ponérsela, porque de ahí a utilizarla para el "curro", como suelen definir ellos el no hacer nada, como el comunista Errejón, va un buen trecho.
Velahí, señores comunistas, los del payaso comunista tontoelpueblo y pijo de la casta de Galapagar. Ahi los tienen, báilenlos. A ver qué dicen ahora. ¡O es que, acaso, esperan ser recompensados con parte de lo robado! Hombre, púequesí. A nadie le amarga un dulce, y a Monedero tampoco, como tampoco le hará ascos, al dulce, el de "chúpamelamingadominga". Vamos, que a esos comunistas, los que tanto los defienden, los apoyan y los animan a ejercer la violencia, a "apretar", que diría el neandertal Torra, los han dejado en un ridículo total. Se han descubierto, se han destapado: además de bárbaros y violentos, les importan un pito las ideas. Prefieren la ropa de Nike. Y a correr.
El que no corre, pero se oculta, es el ministro de los Interiores, Marlaska. Si hay más de un ministro mediocre en el Gobierno socialcomunista de elPrepotente, el más mediocre de todos -salvando al atropo del comunista Garzón- ese es Marlaska. Tres días estuvo el cobarde, tres, sin piarla sobre los vándalos de Barcelona y Madrid. ¡Tres días estuvo el paisano sin expresar su apoyo a las Fuerzas del Orden, a las que dejó tiradas! Solo cuando, por fin, habló elPrepotente, este ministrilllo de pacotilla lo siguió.
Pero, hasta entonces, no se piensen que estuvo mirando viéndolas venir, mano sobre mano. No, no, todo lo contrario. Sabe muy bien el juez del "caso Faisán" aprovechar las ocasiones, y, ya que el Pisuerga pasaba por Barcelona y Madrid, acercó a más etarras a las provincias vascuences. Se trata en esta ocasión de los miembros de la banda criminal que asesinaron a Pagazaurtundúa y Lluch y al secuestrador de Aldaya y Delclaux. Así, como el que no mueve la ropa, desde que Sánchez está en el Gobierno ya ha acercado a las provincias del norte a ciento cuarenta y siete terroristas etarras.
Lo dicho, entre delincuentes anda el juego.