El amigo Sánchez sigue en sus trece de no decir ni una sola palabra en relación a la sentencia de los ERE fraudulentos, ya condenados, en su parte política, porque aún faltan ciento cincuenta piezas separadas. Para toda una eternidad. Pero, es como si hubieran quedado de acuerdo, porque el pepero Pablo Casado continúa desaparecido; ahora, aparecido. No se sabe lo que es peor, si lo del socialista o lo de laPepé. O ambas cosas a la vez. Los perjudicados, como siempre, los paganos, a los que los dos, con sus actitudes correspondientes, nos desprecian, nos toman por gilipollas.