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jueves, 4 de febrero de 2021

Marlaska embaraza la Constitución, pero solo a medias

Lo del hospital Zendal, a medida que vamos conociendo pormenores de los sabotajes, pone los pelos de punta y un mal cuerpo de la leche para arriba. Que es que no fueron simples judiadas de niños malos y traviesos. Los saboteadores, que según se desprende de las primeras investigaciones, conocían bastante bien el hospital y ese conocimiento no se adquiere así como así. Alguien, desde dentro, ha querido putear a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Ayuso, y lo único que ha conseguido es poner en peligro, en riesgo de muerte a muchos pacientes allí ingresados. La investigación policial debe continuar a destajo, porque el sitio lo requiere y las imprevisibles consecuencias aún más.

Si, como ya se está difundiendo, los autores pueden ser una rama escindida de la extrema izquierda, como si lo fueran de la extrema derecha o de donde fueren, esto no tiene nombre. Jugar con la salud de cientos de pacientes es una barbaridad, máxime todavía si ha podido ser personal sanitario, que está para ayudar a sanar a los pacientes, no para asesinarlos. Dicen que los boicoteadores actuaban en lugares donde no hay cámaras de vigilancia, de ahí su conocimiento del hospital, pues, coño, que pongan todas las necesarias, que son cuatro duros, y cuantos vigilantes de seguridad sean precisos.

Los saboteadores no pueden quedar impunes, como los delincuentes y chorizos golpistas catalanes, ni tan siquiera como el ministro Marlaska, por muy ministro de los Interiores que sea. Porque, resulta curioso el dictamen de la Junta Electoral Central (JEC), que reconoce que el ministro "acercador" de presos etarras, el juez del "caso Faisán" ha vulnerado la Constitución con su tuit de apoyo al exministro Illa. Cuando el ministro de Sanidad dimitió como tal para iniciar la campaña como candidato de laPesoé a la Generalidad catalana, el ministro Marlaska se deshizo en elogios hacia su excompañero, considerándolo el candidato más idóneo para presidir la Generalidad.

Pero, héte aquí que Marlaska publicó esos halagos en la red social del ministerio del Interior. Tras la denuncia de laPepé por este hecho, la JEC ha sentenciado que, en efecto, Marlaska vulneró la Constitución, pero que no pasa nada, que no es una acción punible, porque el ministro retiró el tuit rápidamente y reconoció que se había equivocado. Es decir, y en lenguaje a lo llano, quedó a la novia embarazada, cuando él "penseque" que con lo que habían hecho no podía pasar nada. O dicho de otra manera, para escojonciarnos, no la dejó embarazada del todo, solo a medias. Pues, ese es el caso de Marlaska y la reacción impresentable de la JEC. ¡Cuál de los dos se ha saltado la ley más a la torera!

Pero, miren, a los socialcomunistas les resbala todo, les da todo igual. Hacen lo que les viene en gana, lo que les sale de la entrepierna. Aprovechando, eso sí, el Estado de Alarma. Y, si a mal no viene, la culpa es de laPepé, que para más cabreo del personal, se la envaina.

Mieen, y sin ir más lejos, recientemente, el Gobierno de elPrepotente se negó a presentar en el Parlamento el dictamen del Consejo de Estado sobre los más de ciento cuarenta mil millones que nos llegarán de la Unión. Ni sabemos para qué se van a utilizar ni cómo se van a repartir. O sea, que nos quedamos en blanco. Sin embargo, el Parlamento ha dado el visto bueno con los votos de los socialistas y comunistas a la reunión de la denominada "mesa del diálogo" entre el Gobierno y los golpistas, de tú a tú, de Estado a Estado. Así pues, esta mesa que más bien debería calificarse como la de la "alta traición", tratará del indulto a los delincuentes golpistas, cuando no de la amnistía, de un referéndum separatista y de la independencia de Cataluña.

Pero, para prepotente también la excajera y ahora ministra de Igualdad, la compañera en el casoplón  del payaso comunista. Se lo tienen montado como ninguno. De Vallecas migraron a Galapagar, zona exclusiva de los ricos de Madrid. Se hicieron con los servicios de una niñera, compañera de partido, que era quien pagaba sus servicios a los del casoplón. La niñera cobra ahora más cincuenta mil euros al año en el ministerio de Igualdad. ¡Jopé, cuántas -y cuántos- quisieran ser niñeras! Son mu expléndidos los del casoplón, siempre pagan con el dinero de los demás.

Más, hay más. Marta Flor, la que fuera abogada del ViceUno y de Dina en el "caso Dina-Iglesias" se queja ahora de que está harta de que los de Galapagar se aprovechen y utilicen los servicios jurídicos del partido para sus asuntos particulares, incluso para los de "mi señor padre". Y eso que Marta Flor fue la que acusaba al abogado Calvente de acoso; más tarde se demostró que las acusaciones eran falsas. En fin, que estos dos piden ahora dinero para financiar el juguete-libelo que le han puesto a Dina para que se calle. Y aquí paz y después gloria, y a esperar la siguiente.