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Son las dos caras de la moneda. Mientras a uno lo recibían con aplausos, vítores y gritos de viva el Rey y viva España, al otro, al ministro del Interior, Marlaska, lo abucheaban a la entrada de la Academia de Policía de Ávila los propios agentes del sindicato mayoritario; pero, no terminó ahí la cosa, sino que desde las gradas en las que situaban los familiares, amigos y otros invitados a la graduación de la nueva promoción de policías nacionales, el abucheo y el griterío contrario al ministro era atronador. Tuvieron que poner el Himno de España para imponer el silencio.
Para el rey emérito, el que fuera rey de España, Juan Carlos I, como ya habrán supuesto, todo eran parabienes, gritos de bienvenida. Al rey emérito se le quiere y se le aprecia, pese a que socialistas, comunistas y golpistas quieran demostrar lo contrario. Los de laPesoé; no obstante, lo soportan. Pero da asco escuchar a los muertos de hambre comunistas -que ganan más que un rey- echar pestes del emérito, lo mismo que los golpistas miserables, delincuentes indultados por elBandido Prepotente. Y le piden explicaciones a Juan Carlos I, cuando son ellos los que tendrían que darlas, los comunistas por sus subvenciones recibidas de Venezuela, Irán y Rusia, y los golpistas criminales por su intento de desestabilizar España, y por ende la Unión Europea, contando para ello con la ayuda del asesino comunista Putin.
Como dice el emérito, a España se entra como se ha salido. Es decir en avión y con la cabeza bien alta, que no tiene que rendir cuentas ante ningún tribunal y puede presumir de haber pilotado la transición de la dictadura franquista a la democracia de la que hoy disfrutamos -hasta donde nos permiten elBandido Prepotente y sus socios franquenstein. Así que ya sabemos cómo tiene que volver a España el delincuente catalán en busca y captura elPuchi: escondido como un miserable cobarde en el maletero de un coche. Ese es el ídolo de los golpistas, repito, indultados por elBandido Prepotente y narciso todo él.
Y quiere hacernos creer el sinvergüenza Marlaska que los silbidos y abucheos contra él -contra Sánchez y su gobierno- es una polémica baldía. ¡Porque él lo diga! El presidente, adoptando el lenguaje de los golpistas, ha insultado a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado calificándolos de piolines, ridiculizándolos ante los que intentaron el Golpe de Estado y menospreciándolos ante todo el país. Los propios policías lo han calificado a él, a Sánchez, con la máxima educación posible, de sinvergüenza, y se han quedado cortos. Y culpa Marlaska a laPepé de enviar el barco con un piolín para albergar a los policías durante las fechas del Golpe. Pues, miren, tiene razón en eso. El cagao y mariacomplejao Rajoy no tuvo güevos para ofrecerles un lugar de estancia digno. Pero, tampoco eso libra a Sánchez, y a su mamporrero Marlaska, de haber proferido un insulto -no olvidemos que es como los entitulan los golpistas- a los agentes del orden, guardias civiles y policías nacionales. Por cierto, son setecientos de estos agentes los que velan por la seguridad del presidente y sus ministros. Que se sepa.