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Era lo que nos faltaba para finalizar este año aciago 2020. El payaso comunista, y cabezón, exige -no pide o ruega- al ministerio del Interior, es decir a Marlaska, que levante las sanciones a los familiares de los etarras que se trasladaron a diferentes puntos del país durante el confinamiento o que se saltaron cierres perimetrales para visitar a los asesinos encarcelados. ¡Coño, que nos las quiten a todos, que todos tenemos nuestras razones! A ver porqué a ellos sí y a los demás no. Es más, por contra, tendrían que ponérselas -las sanciones-, y gordas, a los parlamentarios vascos que se saltaron todas las normas y que acudieron a la prisiones para verificar el estado de los asesinos etarras.
Más aún, y con carácter retroactivo, no estaría de más que el payaso comunista, y cabezón, y VicePrimero, cargara con la suyas propias, la sanciones, por haberse saltado en más de una ocasión el confinamiento, cuando tenía que haber permanecido en cuarentena, al haber estado en contacto con su compañera, la ministra de Igualdad, en el casoplón de Galapagar, afectada por el virus. Pero, ni por esas. Como es ministro y ya forma parte de la casta se saltó la normativa, porque le dio la real gana, que para eso estamos en un régimen monárquico, mal que le pese.
O sea, que además de continuar Marlaska de manera acelerada con el reagrupamiento de los presos etarras en prisiones situadas cerca de las provincias vascongadas, los podemitas quieren que los familiares de los etarras se muevan por todo el territorio nacional como pez en el agua. Al final conseguirán el levantamiento de las sanciones, como no podría ser de otra manera, siendo los Bilduetarras socios de Investidura y de aprobación de los Presupuestos de elPrepotente Sánchez, que todo lo puede.
¡Hombre, no! Hay que dar prioridad a los asesinos etarras y cumplir con los compromisos adquiridos con el jefe de los terroristas, cuando estos terminaron con la vida de más de doscientos guardias civiles: Otejjji, el hombre bueno y de paz, que diría Zapatero, porque es que los demás también tenemos memoria histórica y sobre todo de la historia más reciente.
Que no pase inadvertida. Que ahora nos salen con la creación en el Congreso de una imitación del Club del Cocodrilo, similar al del italiano Altero Spinelli en el Parlamento Europeo. Cinco diputados de cinco formaciones diferentes presentes en el Congreso han lanzado un vídeo a través del cual felicitan el año nuevo y hacen un llamamiento entre diferentes para rebajar la crispación en la política española. En el vídeo intervienen representantes de laPesoé, laPepé, Podemos, Ciudadanos y -aprietense el cinturón- Bildu.
Si en esas estamos, mejor se la envaina Casado cuando exigió la dimisión de la socialista Idoia Mendía, hace por ahora un año, por acudir a una cena organizada por el etarra Otejjji, con quien brindó sin pudor alguno. El Club del cocodrilo es una trampa en la que ha vuelto a caer laPepé de Casado. O es que ahora, disculpen, ya se puede pactar con los etarras y nosotros sin enterarnos. Y sin entender qué pinta ahí laPepé.