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domingo, 11 de junio de 2017

El miserable alcalde de El Ferrol

De vergüenza ajena, oigan. Cuando el cara dura y sin vergënza catalufo Pepe Guardola pedía ayuda internacional, era de sonrojo. Ya se necesita, porque seguro que a él se le caían los palos del sombrajo. Ni él mismo se creía lo que estaba diciendo. Mentiroso compulsivo y repulsivo lo fue siempre, como todos ellos. No fueron capaces ni de congregar -uitlizando el dinero público- a cuarenta mil personas; los más benévolos y permisivos les apuntan veinte mil. Eso sí, los tíos de las varas no faltaron, les va mucho en ello, que todos ellos están viendo que de eso se puede hacer carrera, o lo que es lo mismo, una profesión bien pagada, sin pegar palo al agua.