En estas que estábamos, llegando
a mitad de camino aéreo, cuando una voz nos entera de que estamos llegando a la
frontera entre Cataluña y España. ¡Bravo, bravísimo, para el
copiloto italiano de EasyJet! Cierto
que se expresaba de forma macarrónica, lo que delataba un mal conocimiento del
idioma español, disculpable no obstante. Lo que no tenía perdón de Dios es que no supiera de fronteras
para andar volando todo el día. No es lo malo lo que decía, sino el
desconocimiento, la ignorancia que desbordaba. Peor para él y su compañía.