Verán
ustedes, menudo son estos nacionalistas
catalanes. Es que ya cansan, aburren, huelen y apestan. En el fondo es
lo que quieren, es lo que persiguen. O ganan porque se saltan todo a la torera
y hay quien se lo deja hacer -es decir, por las malas y con ayuda- o aburren
hasta la saciedad, incluida hasta a la madre que los parió. De una u otra manera
logran lo que se proponen, y haciendo daño, ofendiendo, confundiendo y
enfrentando. Es que son muy chulos y bravucones y chantajistas.
El
fiscal general del Estado sigue sin presentar nada -gracias, señor fiscal, de
un ciudadano; de nada y por nada, contribuyente-, mientras que los fiscales de Cataluña
-panda de cuatreros, ellos- siguen agazapados en la loma, carcajeándose y repartiendo
parabienes entre los políticos sediciosos, porque, por si acaso llegara el día,
no vendría mal un aumento de sueldo por los servicios prestados de manera
traicionera y barriobajera.
Entre tanto nos anuncian que será el domingo cuando Rajoy
viaje a Cataluña
para explicar su postura y su actuación,
porque ha reconocido que ha habido una mala política por parte de su partido
para dar a entender a la ciudadanía cómo a actuado el PP en todo esto. Es decir que han hecho todo
lo que estaba en su mano para evitar el 9N, pero que como no lograron nada
-bueno, algo sí, que nos humillaran a todos los españoles-, ahora, una vez
pasado el evento, dicen que es llegado el momento de actuar políticamente, o lo
que es lo mismo: el Alto Tribunal prohíbe la celebración del 9N, pero ni caso;
se celebran reuniones secretas para evitar el 9N, y todo queda en engaño; los
fiscales -cuatreros sin pistolas- no ponen querella alguna, porque obedecen a
su jefe político, no al jerárquico; Arturo Más se cartea con Rajoy, y éste, sin pudor alguno, da pábulo a un
delincuente. Y, claro, de aquí van a pasar a la actuación política, lo que hay que entender como que nos olvidemos
-!coño!- de todo, porque aquí no ha pasado nada, que aquí primero paz y después
gloria, que es como los que nos roban -!Cataluña nos roba!- y nadie devuelve el dinero.
Todavía
nos queda por desvelar la incógnita de si el impasible Rajoy aceptará la invitación de Homs
a visitar a los sediciosos delincuentes catalanes en la propia cueva de Alí
Babá
y sus ladrones.
Mientras
tanto el jefe del Ejército sacando la lengua a pasear y María Caso llorando en
directo en TVE1. Pues, eso.