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martes, 29 de noviembre de 2016

Iglesias: la mujer en casa y con la pata quebrada

Nada bueno se puede esperar de quien cuyo mayor deseo es azotar a Mariló hasta verla sangrar. Menos mal que la susodicha se ha marchado a hacer las Américas; mientras más lejos del sádico, mejor. Porque ya vio, y padeció, la defensa que tuvo la presentadora por parte de las feministas, impresentables ellas. Ni mú dijeron, cono tampoco lo harán ahora, cuando al descerebrado le ha dado por decir que ya está bien de mujeres en la política, y menos aún ocupando altos cargos. Las mujeres, para la política, sí, pero para cuidar, como hacían nuestras madres.