Traductor

Buscar en este blog

lunes, 19 de abril de 2021

No vacunen a los sanos, vacunen al tercer mundo

¡Era lo que nos faltaba! ¡Solo nos faltaba eso, que una birria de cría, de izquierdas, comunista, pero forrada en pasta, nos venga a decir que no nos vacunen. Que nos dejemos en paz de salud, que lo que hay que hacer es vacunar a los habitantes de los países pobres, porque si no se produce discriminación. ¡La parió! Se imaginan, ya saben, que esto no puede provenir de otra chuiquilla, metida a intelectual, sabia, científica que no sea Greta Thunberg. La Organización Mundial de la Salud, repleta de incompetentes -que no es que lo diga un servidor, sino que como Sánchez, lo han demostrado durante toda la pandemia y lo siguen demostrando ahora con creces- la han recibido como si fuera una eminencia.

Nada más que para escuchar bobadas, tonterías, imbecilidades e incongruencias. Para eso la ha recibido la OMS, con el baboso de su presidente griego al frente, que asentía a cada una de las aseveraciones de la niña tonta, pero que de descerebrada no tiene un pelo. Ella ha insistido y vuelta a insistir en que hay que vacunar a los habitantes de los países pobres y que se deje de vacunar a las personas sanas de los países ricos. ¡Y se necesita ser gilipollas!

Una persona racional tendría que decir, vamos digo yo, ya que han sido los países ricos los que han dado con la vacunas contra el virus que asola el mundo, lo normal es que vacunen a sus ciudadanos que pueden estar sanos, sí ahora, pero muertos en un futuro si no se les inoculan las dosis de vacuna. Pero, y ahí habría estado lo inteligente de una persona que no lo es, no se olviden ustedes, por favor, de ofrecer esa misma vacuna a los países pobres, a los sin recursos, porque eso además de beneficiar al primer mundo facilitará que no se propague la enfermedad de nuevo. O algo así. Algo más amable, algo más conciliador, algo más racional.

Lo más curioso es que los de la OMS la escuchan, o al menos la oyen y le dan pábulo. Mejor habría sido, ya digo, abogar porque se vacune a todo el mundo, con la ayuda de los países ricos. Fíjense, la genio y figura de muchacha ha aportado cien mil euros de su bolsillo para comprar vacunas para los países pobres. Pero, no se llamen a engaño, esos cien mil euros son para ella como comprarse una piruleta, porque su capital asciende a mucho más, pero mucho mucho más. Seguramente nos sorprenderíamos si lo hiciese público: ayudas voluntarias de ingenuos, miles, empresas, laboratorios, etc. Está más que subvencionada. Ya tiene la jubilación arreglada. Ya digo, de descerebrada ni un pelo.

Y aquí seguimos poco más que ayer, con contagiados y con muertos por el coronavirus. ¡A ver qué dice Greta a todo esto! En espera de la finalización del estado de Alarma, en plena campaña de las madrileñas, donde el subcandidato socialista, Gabilondo, continúa mintiendo sobre las cifras del coronovirus en Madrid. ¡Como llegue Dios y lo vea, pobre páter! Y Sánchez pensándose ahora en si permitirá a las mutuas y a las grandes empresas comprar vacunas para inocularlas a sus asociados y empleados. ¡Pues, coño, de cajón! Pero, como era lo que pedía Ayuso, elPrepotente esperará a que pase el 4M para ver lo que pasa. 

Mecuagüenendiezduros. Pero, leche, todo lo que sea adelantar, mejor para los demás. Si por ese medio se vacunan tres o más millones de personas, por ejemplo, paralelamente se podrán vacunar a otros tres millones, que, por si no lo sabe Sánchez, serían seis millones. Y más pronto que tarde podríamos ayudar a los países pobres. Para que se entere la niña esa, que no hace falta que nos lo cuente ella y menos el payaso griego de la OMS.