Tres indicios, tres, se nos ofrecían clarísimamente, y de manera gratuita,
sobre que el juez Santiago Pedraz
iba a archivar la causa contra el “tuitero del Holocausto”, también conocido por el concejal de Pueden en el ayuntamiento de Madrid Gíille Zapata. No le costó mucho al juez admitir a trámite la querella
presentada por la asociación Dignidad y
Justicia, pero tampoco tardó en imponerle una fianza de veinte mil euros
para poder personarse en el caso, una cantidad que no está al alcance de las
víctimas del terrorismo. La citación a Irene
Villa, cuando, en realidad, la querella se presentaba por ofensa a todas
las víctimas del terrorismo o a sus familiares. Y, la culminación, la filtración,
ayer, desde la propia alcaldía, anunciando que Zapata sería el portavoz de la comisión
de Cultura, lo que en cualquier
momento podría ser una realidad. Ahora se comprende el tuit, aquel subliminal, del
pesetero elErrejón, de “Pueden”.