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sábado, 26 de diciembre de 2020

Para Sánchez Gibraltar no es español

La que los parió, que, en realidad, no tiene culpa. Estos bribones aprovechan la menor para vender motos. Ahora, lo hacen con la vacuna contra el covid. La logística para su reparto e inoculación en la población, todavía deja mucho que desear, pero la propaganda política ya está en marcha. Estos sinvergüenzas socialcomunistas han ordenado colocar en las cajas que contienen la vacuna el logo del "Gobierno de España", como si fueran ellos los que la adquieren y los que la pagan. ¡Miserables! Aprovechan todo para hacerse propaganda, y de a gratis. ¡Miserables! Cuando la adquisición de la vacuna es un acuerdo de la Unión Europea y, que no se olvide, la pagamos con nuestros impuestos. No nos la regala nadie.

¡Serán miserables! Poco ponían Gobierno de España estos socialcomunistas en cada ingreso de cada enfermo de coronavirus o en el anuncio de cada entierro de los más de setenta mil compatriotas fallecidos. Eso sí, se han apresurado ahora, en la recepción de la vacuna, en presumir como de algo propio cuando es de todos los españoles, de todos los europeos. Ya presumía también el ministro de Sanidad, Illa, con que la vacuna representa el principio del fin de la pandemia. Pero, bien callaba el sinvergüenza sobre las manifestaciones del 8M y la ridiculización sobre el uso de las mascarillas, el número real de contagiados y el de fallecidos.

Él, Illa, y elEnterrador Simón, se han pasado meses mintiendo día tras día. Desde el solo habrá uno o dos contagiados en España a ocultar las cifras reales de los contagiados y, sobre todo, de los fallecidos a causa del virus. Son unos miserables, no les quepa duda alguna. Han sido unos gestores nefastos los socialcomunistas de toda la pandemia, durante la cual han llevado al país a la ruina económica y a la desmoralización social. Y unos cobardes, incapaces de asumir su responsabilidad y ocultarse, eso sí, detrás de las comunidades autónomas, a las que han dejado literalmente tiradas como a rameras. 

Lo siguen haciendo, en particular con la de Madrid. Los socialcomunistas, y en particular Sánchez la tiene tomada con esta comunidad y su presidenta la pepera Ayuso y el alcalde de la capital del reino, Martínez-Almeida, también de laPepé. Durante meses, Sánchez ha dejado abierta la puerta del aeropuerto madrileño de Barajas, por donde han entrado a España cientos y cientos de contagiados por el virus. Pero, aunque quiere vender otra moto al país, como que eso ya se terminó, vuelve a mentir como un bellaco, como un cretino que es. Barajas ha vuelto a ser la puerta de acceso para los contagiados por la nueva cepa del virus, procedentes de Inglaterra. No ha puesto Sánchez ninguna medida efectiva para evitar el riesgo de estos contagios, y en la capital ya se han detectado, al menos, cuatro casos.

Son unos miserables estos socialcomunistas. Una parte del Gobierno de coalición, los comunistas del cabezón payaso comunista e hijo de su padre, continúan atacando a la Monarquía -afortunadamente nadie les hace caso-. Ya ven, más de diez millones de españoles congregó Su Majestad ante los televisores. ¡Todo un récord que para sí quisiera el payaso comunista y cabezón e hijo de su señor padre! Lo mismo hacen los peneuvistas, los terroristas y los golpistas catalanes. ¡Una mierda para ellos, que poco importa lo que opinen! Al cabezón le salió el tiro por la culata. Las familias españolas no se plantearon en su cena de Navidad la creación de una repúbliqueta de mierda. Sí prefirieron ver el mensaje del Rey, que salió más Rey que al inicio de su disertación.

Sin embargo, el socialista Sánchez cayó hasta el suelo. Sánchez, elCaprichoso, no será nunca Rey y, además, es más bajo que nuestro Felipe VI. Y eso le duele. Envidioso y rencoroso es el socialista, que no ha defendido al Rey de los furibundos ataques recibidos por sus analfabetos socios de Gobierno y de Investidura, los franquestein de los Presupuestos Generales del Estado manchados de sangre y de traición. Y un inútil Sánchez, y un verdadero hijo de laparió, que no fue capaz de que se incluyera y se reivindicara Gibraltar como español en las negociaciones de la Unión Europea para el cierre del Bréxit. Está claro, España no le importa ni un bledo a Sánchez. Solo quiere destruirla. Al borde de pisar la raya roja de la alta traición.