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Y España ganó en Madrid. Los tabernarios le han dado por donde más le puede doler a Sánchez. Los tabernarios, que no cavernarios, lo han castigado con su indiferencia, por no decir otra cosa, que ya me la entienden. Sánchez ha perdido con todo su equipo y con todo su partido -no se libra ni uno- la batalla por Madrid. ElPrepotente presidente, hasta ahora del gobierno socialcomunista ha recogido los frutos de su gestión criminal de la pandemia, de su macabra gestión económica y de sus pactos con los golpistas catalanes, los independentistas vascos de Urcuyu y, por supuesto, sus pactos y cesiones a los bilduetarras en particular al jefe de los asesinos etarras, elGordo Otejjji.
Es día de recordar a todos los fallecidos por el coronavirus, miles de ellos -que nos los ha ocultado Sánchez- a causa de la nefasta gestión de elPrepotente. Recuerdo y apoyo a sus familiares y a los que se encuentran ingresados por contagio. Y también, para todos aquellos que viven, no lo olvidemos, un verdadero drama en sus casas por no tener qué llevar de comer a sus familias, los que conocemos como los de las colas del hambre.
Ahí le ha ido todo de una vez a este sinvergüenza presidente, que ha vendido el país por menos de un plato de lentejas. Si tuviera vergüenza -que demostrado está que se la comió un gato de niño- tendría que presentar la dimisión ya, sin esperar a mañana. Ha hecho el ridículo en la campaña electoral. Toda la Unión Europea miraba hoy a Madrid y ha podido ver el ridículo más estrafalario que un político -o lo que pueda ser este hombre- puede hacer en su país. Sánchez, debería marcharse. ¡Márchese, hombre! Y deje que España prospere. Porque ha sido él y solo él -bueno, con su Ejecutivo de intelectuales- quien ha perdido estas elecciones en la lucha por la conquista de Madrid. Su candidato, el páter Gabilondo es algo así como un pobre hombre, que se puede creer hasta Papa e impartir la bendición Urbi et Orbi. Pero, solo eso. El candidato derrotado ha sido, sin duda, Sánchez.
Pero, que es que hasta el partido del vago Errejón le ha sobrepasado. El exvicepresidente ha logrado sorprendentemente entrar en la Asamblea de Madrid, pero ni pisará su moqueta. Se va. La izquierda la ha cagao. Sus vendettas han proporcionado el resultado que se merecen. Sus vendettas y sus trampas, sus continuas mentiras y sus engaños. Que con su pan se lo coman, que bastante pasta están ganando, cuando hace ni cinco años no tenían ni dónde caerse muertos.
En fin, que Ayuso -en este caso la Agustina de Aragón- ha echado de Madrid al Frente Popular: a Sánchez, al vago Errejón y al payaso comunista tontoelpueblo, pijo y ridículo de la casta de Galapagar, donde, por cierto, ejerció su derecho al voto, no en Vallecas. El payaso comunista ha anunciado que deja la política y abandona todos sus cargos. Lo acaba de decir. Bendito de dios y escrementao de las moscas. Al menos, hay que reconocerle que, por una vez, ha sido consecuente, aunque por cagueta. Pero, no se preocupen, de hambre no se va a morir; de hecho, esta noche dormirá -o se acostará- en el casoplón de Galapagar. Ya tiene su puerta giratoria preparada.
Tiempo habrá para análisis, y para escuchar a Sánchez, que todavía no ha dicho ni mú. Tiempo tendrá elPrepotente de cesar a su ministro del Interior, a su asesor Iván y, cómo no, a su director del Centro de Investigaciones Sociológicas, el indecente Tezanos, que no ha dado ni una, pero se ha quedado con su sueldazo de cien mil euros anuales. ¡Sánchez, échelos y váyase usted también, hombre, por su salud y por la salud democrática de España!