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lunes, 5 de octubre de 2020

Lo volverán a hacer

Vale que sí, que de acuerdo. Hace unos días el Rey no podía viajar a Barcelona; ahora, ya sí. Ya tiene el pláceme de Sánchez para desplazarse a la ciudad condal para inaugurar un evento de esos de las nuevas tecnologías. Ya no es víspera del UnoaCero y ya se dictó sentencia condenando a la inhabilitación al neandertal de la Generalidad catalana. Nos ha "joío" el ministro de Justicia, Campo, el del lío con la presidenta del Congreso de los Diputados, laMaricheli. Pues, claro, ni es víspera del UnoaCero ni va a haber otra sentencia contra el neanderetal. Lo deleznable es que los socialcomunistas argumentaran estas dos patochadas para prohibir a Felipe VI acompañar a los nuevos jueces.

Porque si lo que quería dar a entender era que peligraba la integridad del Monarca para prohibirle el viaje a Barcelona, muy malas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tenemos en España, lo cual es absolutamente falso. Además de hacer de menos al Rey e insultar a las policías poniendo en duda su valía y capacidad para proteger al Rey, lo que hizo el Gobierno -además de insultar a Felipe VI a través de ministros comunistas- fue cumplir con los deseos de los golpistas, que no lo soportan, al Rey, claro. El Gobierno daba satisfacción, ya digo, a los golpistas, a la vez que le hacía una imposición al Monarca, cuando ya estaba confirmada su asistencia a la entrega de despachos de los nuevos jueces recién "cocinados" en la Escuela Judicial.

Ahora ya puede ir a Barcelona Felipe VI, pero, y eso lo quiere dejar muy claro La Moncloa, como acompañante de elPresiSánchez; es decir, el importante es el socialcomunista, y Felipe VI de segundón. Si quieres lo tomas y si no lo dejas. El socialista Sánchez, ya se sabe, quiere ser Rey o, en su defecto, presidente de la "republiqueta" que promueve su socio el payaso comunista. Vamos, que quiere dejar claro ante todo el país que quien manda es él, Sánchez, y que el Rey está ahí de momento, pero solo de momento, como figurín.

Y puestos a citar a Barcelona y el UnoaCero, los tribunales han sentenciado que la Universidad de Barcelona -toda la Universidad- la cagó con su apoyo a los movimientos independentistas, publicando un manifiesto contra la sentencia contra los golpistas delincuentes. No podía ser de otra manera, y bien lo sabían los zoquetes universitarios, entre los que se supone hay mucho estudioso de las leyes. La Universidad es una Institución pública y, como tal, no puede pronunciarse en hechos y casos que no le competen. Otra cosa es que profesores puedan manifestar su acuerdo o discrepancia con ello, haciendo uso de la libertad de expresión, a nivel particular, individual o colectivo, pero nunca, jamás, como institución pública. Aclarado el embrollo, lo que faltaría por dilucidar -lo que no se va a producir- es quién o quiénes son los responsables de tamaña insensatez y delito y fueran declarados culpables, con sus penas correspondientes o multas o ceses inmediatos. Pero, eso, ya digo, no se producirá, así que lo mismo nos da que los tribunales hayan fallado en su contra. ¡Lo volverán a hacer!

Y así las cosas, pues el Gobierno no se corta y responde por escrito a una pregunta parlamentaria, apoyando a su ViceDos, el payaso comunista, por insultar a periodistas, llamándolos "tipejos" y "gentuza". Claro, estos insultos iban dirigidos a los pocos plumillas que no le hacen la pelota continuamente al Gobierno socialcomunista y, en concreto, al payaso comunista. El gobierno califica los insultos de libertad de expresión, y puede que así sea, que tenga razón. Otra cosa muy distinta es el saber estar. No solo hay que ser la mujer del César. Por si no lo entiende el payaso comunista, hay que demostrar elegancia y educación, ya solo por el cargo que ocupa. Claro que decir esto es como tirar la pelota contra el frontón. Para ser más claros: el que nace barriobajero, barriobajero toda su vida, pese a vivir en un casoplón en Galapagar.