Está tan saturado de poder que ahora a elPresiSánchez le ha dado por hacer de pintor, de los de brocha gorda, claro, o, si lo prefieren, de blanqueador con cal. Lo está haciendo con los golpistas catalanes. Los suyos los llaman políticos presos, cuando no son más que ciudadanos metidos a políticos, pero, al fin y al cabo, ciudadanos acusados de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos: la fiscalía le reclama al hombre bajito y cabreado -elPuchi, huésped de Bélgica- ocho millones de euros, de los públicos que utilizó para el referéndum ilegal del UnoaAcero.