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domingo, 13 de diciembre de 2020

Xenofobia contra los compatriotas

Ya nos enteraremos mañana, o no, acaso, de cuántos migrantes nuevos han trasladado a la Península desde Canarias, y no solo desde Canarias sino también de las Baleares, que allí también han llegado, y nos lo están ocultando. Por simples evidencias, la desinformación es total. O sea, que de transparencia nada. Por de pronto, la Cruz Roja reconoce que ya ha trasladado a más de tres mil migrantes de las Canarias a la Península, y eso, claro está no se hace de la noche a la mañana y porque le apetezca a esa ONG. Que sí, que le puede apetecer. Pero sin permisos de la autoridad competente, quietos todos "paraos". Vamos que si los ministros implicados no dieran el permiso preceptivo, aquí nadie se movería pieza ni ficha ni avión que los parió.

Aquí implicados están hasta el tuétano José Luis Escrivá -de Inclusión y Seguridad Social- y el ínclito Marlaska, el de los Interiores. El uno por el otro, la casa por barrer y a la chita callando están creando un reguero de migrantes al menos por diez provincias de la Península, más los que todavía no nos hemos enterado. ¡Pero, se lo callan los ministros, como unos putas! Lo irrefutable es que están ahí, que los vemos, que andan, los pobres, a su aire, sin sabe qué hacer, sin saber adónde ir. 

No son los migrantes los culpables. Ellos buscan una vida mejor que la que tenían en sus países. Han pasado penurias y sacrificios para que al final los suban a un avión, y les avancen camino hacia otros países de la Unión Europea, pero, de una u otra manera, "arrastraos". Como han denunciado los policías del Sindicato Unificado de Policía (SUP), constituyendo un peligro social, porque todavía no se sabe si se les hace la prueba de la PCR para saber si están libres del covid19. De hecho, al menos dos de los migrantes que recalaron en Valencia estaban contagiados. Lo que no se sabe cuántos más pueden ser portadores del virus, porque, según los del SUP, se les hace PCR a los que son devueltos a sus países de origen, pero no a los que trasladan a la Península.

¡Desde luego, es para crear una verdadera alarma social, originada por uno de los ministerios implicados, o por los dos a la vez! Por el Gobierno socialcomunista de Sánchez. Hombre, que estemos pasando todos lo que estamos pasando, con sacrificios, con incertidumbre en el futuro y algunos hasta hambre y otro tipo de necesidades, para que vengan estos dos ministros a practicar las PCR a los migrantes que devuelven a sus países y no se la hagan a los que desperdigan por la Península. Ni puñetera gracia tiene la cosa. ¡Joer, que ya está bien de incapaces ministros! 

Para más pitorreo, claro,  las PCR son gratis para los que devuelven a sus países, pero se la exigen a los compatriotas que regresan a España por Navidad. Al menos, podrían abonarles el coste de la prueba que se han tenido que realizar en el país de donde provienen y que, por cierto, en ocasiones se elevan a un precio de quinientos euros o más. Nosotros somos tan altruistas que se las reglamos a los ciudadanos de otros países. A los nuestros, a nuestros compatriotas que les den, sí pero ya saben por dónde. ¡Eso no será quizás xenofobia! O es que a los nuestros les regalan el dinero en el extranjero.