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Que sí, hombre, que sí. Está bien que el presidente del Gobierno de España se interese por el bienestar de sus súbditos, coñe. Ha pospuesto su viaje a los Estados Unidos, a la cumbre de la ONU, donde tampoco se entrevistaría con Biden, para viajar a La Palma y conocer allí la realidad de los daños que origina el volcán de la Cumbre Vieja y conocer las necesidades de los palmeños. Le ha caído como maná del cielo este suceso, porque su popularidad estaba en baja y no digamos la de su Gobierno socialcomunista y la de su partido, laPesoé. Esta vez Bolaños lo ha asesorado mejor que Iván Redondo, aunque basado en la experiencia de las meteduras de pata anteriores, las inundaciones, y que el presidente canario es socialista.
Esta vez Moncloa no ha permitido que nadie se adelante a elPrepotente, que, además de un lavado y un blanqueamiento de imagen, con este viaje a La Palma, se da un paseo en el Falcon -eso sí, más corto que si fuera a América, viaje que solo ha pospuesto- y disfrutar de una experiencia y un espectáculo, que ya todos quisiéramos. No obstante, de momento, aunque el volcán se ha producido en una zona poco habitada, el presidente canario, Ángel Víctor Torres, ha recomendado calma y precaución, y es muy probable que se proceda a la evacuación de diez mil personas.
Allí van a estar, como es lo lógico y lo natural, pese a que a algunos no les guste, pero ahora sí que les agrada, la Unidad Militar de Emergencia (UME), siempre tan efectiva y tan aplaudida; no obstante ya llevan como avanzadilla a todos los efectivos que se han podido reunir en la zona de la Guardia Civil. En fin, lo deseable es que no haya desgracias personales y que el espectáculo dure lo menos posible, para el bien de los habitantes de la La Palma.
Aquí, sin embargo continúa la polémica por la manifestación deplorable de los neonazis en el madrileño barrio de Chueca contra los colectivos LGTBI. Desde luego, no fue un sábado de gloria. No. La delegada del Gobierno en Madrid, socialista ella, se defiende de los que la acusan de haber concedido el permiso para la manifestación aduciendo que el permiso lo solicitó una asociación vecinal o algo por el estilo. Vamos, que la engañaron. Razón más que suficiente para dimitir. También se pide la dimisión de Marlaska, pero en vano. Este del caso Faisán no dimite ni aunque se lo obligue el propio presidente del Gobierno.
De paso, también podían pedir la dimisión del delegado del Gobierno en las provincias vascongadas y de Marlaska por haber permitido los actos de homenaje en las plazas de las capitales y pueblos vascos al asesino Parot, autor material de treinta y nueve muertes, entre ellos seis niños en la Casa Cuartel de Zaragoza. Desde luego, estos actos de humillación a las víctimas -que fueron atacadas en Mondragón a pedradas y lanzamientos de llaves inglesas de los terroristas- ha quedado en segundo plano ante la manifestación de Chueca con tintes de cloaca socialista. Eso dice Abascal.