Lo de derribar el acueducto de Segovia es algo así como el que asó la manteca o, si cabe, mayor imbecilidad
que el que va a vendimiar y se lleva uvas de postre. Así y todo, tampoco crean
que la propuesta ha exaltado en demasía a los segovianos, que están como el que
la ve pasar, y eso que el monumento es uno de los grandes atractivos de la ciudad
castellanoleonesa para atraer el turismo,, que, cada vez, le da más vida a la
ciudad.