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martes, 31 de julio de 2018

Las víctimas de ETA, profundamente humilladas


Que elPedroQué? llegó a acuerdos con los golpistas y los peneuvistas para sacar adelante la moción de censura es un hecho innegable, palpable y evidente. Ya hemos visto más que suficiente con sus cesiones a los golpistas, que, quizás y probablemente sea tan sólo la punta del iceberg. Iremos viendo. A los traicioneros peneuvistas –estos siempre traicionan, tarde o temprano- ya les ha “regalao” una buena pasta, a cuenta de todos los españoles. La vela que va por delante es la que alumbra, y luego a lo hecho pecho. De lo que vendrá: ya se anuncian, entre otras cosas, beneficios para los presos etarras.


No, no lo oculta el Gobierno de Sánchez. En breves se van a producir acercamientos de los asesinos de esta banda a prisiones cercanas a las provincias vascas. No será un traslado selectivo por causas de enfermedad o de necesidad, no. El beneficio, la gracia de Sánchez, se hará extensiva a todos y cada uno de ellos. Eso estaba en el pacto con los de Urcuyu. Como con los catalanes, no sabemos todavía su alcance, pero se intuye que sea predictivo. Es decir, ahora esto, a continuación otorgar amplitud de competencias sobre las cárceles en territorio del reino Urcuyu y, consiguientemente, el traslado a ellas de los asesinos.

Allí gozarán de un régimen extraordinario los que se queden, mientras otros irán desfilando a la calle, sin que nos enteremos, y aunque lo sepamos sólo nos quedará el derecho a la indignación y a la resignación, a un simple pataleo de impotencia. Los pactos están para cumplirlos, menos los políticos vascos, que, ya digo, siempre terminan traicionando, como harán con elPresiSánchez.

Sánchez pasa de las víctimas; le dan igual, como le dan igual al podemita elPabloManué y al sinvergüenza Urcuyu, para quien los niños asesinados en los atentados etarras fueron tan sólo víctimas colaterales. Para Urcuyu son más importantes los familiares –por quien siente compasión, pena y comprensión- de los asesinos, que tienen que viajar para poder visitar a los reos por asesinato. Los familiares de los asesinados ya no tienen que viajar, no pueden verlos, y si viajan es para visitar sus tumbas, las de los muertos por la banda terrorista. Esas, las víctimas no le preocupan al vasco, ni al podemita, ni a Sánchez.

También es un hecho que las víctimas de ETA están abandonadas por los políticos, incluso olvidadas por gran parte de la sociedad. Molesta tenerlas ahí. Para ello ya se han ido encargando los sucesivos gobiernos de España, permitiendo a los etarras y a los diferentes gobiernos vascos un nuevo relato sobre la banda ETA y sus asesinatos –trescientos de ellos todavía impunes-, inventando una falsa historia, hasta, en algunos casos, justificando sus delitos, mientras han ido blanqueando a ETA, incluso igualando a los verdugos con las víctimas.

Tan es así que a cada preso asesino que sale de la cárcel se le ofrece un homenaje público. ETA sigue existiendo y celebra cada excarcelación de sus miembros homenajeándolos, haciendo verdadera apología del terrorismo, ensalzándolos. El último homenaje, el ofrecido en las calles de Vitoria días atrás al sanguinario asesino etarra Abechucho (29 años en prisión). Por el contrario, las víctimas están cada día más olvidadas, mientras se suceden delitos de “humillación” contra ellas y se enaltece de manera impúdica el terrorismo, sin que los tribunales y los políticos hagan nada para evitarlo. En lo que va de año, se han producido un total de 133 actos de enaltecimiento del terrorismo.

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