Que elPedroQué?
llegó a acuerdos con los golpistas y los peneuvistas para sacar adelante la
moción de censura es un hecho innegable, palpable y evidente. Ya hemos visto
más que suficiente con sus cesiones a los golpistas, que, quizás y
probablemente sea tan sólo la punta del iceberg. Iremos viendo. A los
traicioneros peneuvistas –estos siempre traicionan, tarde o temprano- ya les ha
“regalao” una buena pasta, a cuenta de todos los españoles. La vela que va por
delante es la que alumbra, y luego a lo hecho pecho. De lo que vendrá: ya se
anuncian, entre otras cosas, beneficios para los presos etarras.
No, no lo oculta el Gobierno de Sánchez. En breves se van a producir acercamientos de los asesinos
de esta banda a prisiones cercanas a las provincias vascas. No será un traslado
selectivo por causas de enfermedad o de necesidad, no. El beneficio, la gracia
de Sánchez, se hará extensiva a todos y cada uno de ellos. Eso estaba en el
pacto con los de Urcuyu. Como con
los catalanes, no sabemos todavía su alcance, pero se intuye que sea
predictivo. Es decir, ahora esto, a continuación otorgar amplitud de competencias
sobre las cárceles en territorio del reino Urcuyu y, consiguientemente, el
traslado a ellas de los asesinos.
Allí gozarán de un régimen extraordinario los que se
queden, mientras otros irán desfilando a la calle, sin que nos enteremos, y
aunque lo sepamos sólo nos quedará el derecho a la indignación y a la
resignación, a un simple pataleo de impotencia. Los pactos están para
cumplirlos, menos los políticos vascos, que, ya digo, siempre terminan
traicionando, como harán con elPresiSánchez.
Sánchez pasa de las víctimas; le dan igual, como le
dan igual al podemita elPabloManué y
al sinvergüenza Urcuyu, para quien los niños asesinados en los atentados
etarras fueron tan sólo víctimas colaterales. Para Urcuyu son más importantes
los familiares –por quien siente compasión, pena y comprensión- de los asesinos,
que tienen que viajar para poder visitar a los reos por asesinato. Los
familiares de los asesinados ya no tienen que viajar, no pueden verlos, y si viajan
es para visitar sus tumbas, las de los muertos por la banda terrorista. Esas,
las víctimas no le preocupan al vasco, ni al podemita, ni a Sánchez.
También es un hecho que las víctimas de ETA están abandonadas por los
políticos, incluso olvidadas por gran parte de la sociedad. Molesta tenerlas
ahí. Para ello ya se han ido encargando los sucesivos gobiernos de España, permitiendo a los etarras y a
los diferentes gobiernos vascos un nuevo relato sobre la banda ETA y sus
asesinatos –trescientos de ellos todavía impunes-, inventando una falsa
historia, hasta, en algunos casos, justificando sus delitos, mientras han ido
blanqueando a ETA, incluso igualando a los verdugos con las víctimas.
Tan es así que a cada preso asesino que sale de la
cárcel se le ofrece un homenaje público. ETA sigue existiendo y celebra cada
excarcelación de sus miembros homenajeándolos, haciendo verdadera apología del
terrorismo, ensalzándolos. El último homenaje, el ofrecido en las calles de Vitoria días atrás al sanguinario asesino
etarra Abechucho (29 años en prisión). Por el contrario,
las víctimas están cada día más olvidadas, mientras se suceden delitos de “humillación”
contra ellas y se enaltece de manera impúdica el terrorismo, sin que los tribunales
y los políticos hagan nada para evitarlo. En lo que va de año, se han producido un total de 133 actos de enaltecimiento del terrorismo.
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