Es tan tonto, tan tonto el nazi catalán que cualquier día de estos, aunque sólo sea por figurar, se cuelga el solo de sus partes, de los huevos, vamos, en la fachada de la Generalidad, como icono de los independentistas. Que no digo que nos iba a dar igual, pero, como buenos cristianos y en evitación de males mayores, lo mejor que podría suceder es que los peritos dedujeran "sentencia" y lo declararan no apto para la convivencia. O dicho de otro modo: que este hombre está pendiente de una cocción, y que se la pueden concluir en el psiquiátrico.