Traductor

Buscar en este blog

viernes, 29 de octubre de 2021

La muerte anunciada en Lardero

No hay nada más amargo que la muerte de un niño, y más aún si esta se produce de manera violenta, ocasionada por un asesino que no es la primera vez que mata, ni la primera que agrede a niños. La muerte del pequeño riojano era la de una muerte anunciada. En esta ocasión le tocó a él. Su muerte ha conmovido a todo el país y más, si cabe aún, cuando el asesino llevaba un año en libertad y había intentado en varias ocasiones llevarse a niñas a sus casas a las que trataba de engañar con la argucia de enseñarles unos pajaritos. Al niño de Lardero, el asesino, Javier Almeida López de Castro, le prometió enseñarle unos cachorros. Lo confundió con una niña, porque iba disfrazado.

El asesino de Lardero ya había cumplido penas de prisión por el caso  que se conoció como el del Crimen de la Inmobiliaria, porque le quitó la vida a la mujer que le enseñaba un piso. Pero, también había estado en prisión siete años antes por violar a otra mujer. Los vecinos de la localidad ya habían mostrado su estupor y miedo a la policía local ante la llegada de Javier a la localidad riojana de Lardero. Así y todo, el asesino intentó secuestrar a más de una niña. Nadie en el pueblo se explicaba cómo con esos antecedentes este hombre podía estar en libertad. Pero, la razón de su libertad es solo una: el ministerio del Interior lo dejó libre en contra de los organismos que tutelan a los presos. Ya cuando el juicio del Crimen de la Inmobiliaria fue su propio abogado, su defensor, quien lo anticipó: "este señor volverá a hacer lo que ha hecho". 

Desgraciadamente, no se equivocó. Sí se ha equivocado de tomo y lomo el ministerio del Interior que le concedió el tercer grado, pese a los informes en contra de la propia prisión. Parece que al ministro Marlaska y a sus colaboradores les encanta contrariar los informes de las prisiones que se oponen a la libertad de algunos presos. Ahí tenemos, por ejemplo, los traslados de los etarras a provincias cercanas a las vascas, siempre con el criterio contrario de las prisiones, o la concesión del tercer grado a algunos asesinos de la banda terrorista, mafiosa y asesina etarra. Una vez más el ministro de los Interiores, Marlaska -el magistrado del caso Faisán, del que nunca más se supo- está obligado a dar explicaciones sobre la puesta en libertad de este asesino, que le ha costado la vida al niño riojano. 

Ante esta tragedia, poco importan las movidas políticas, como la que se trae elBandolero Prepotente con sus socios golpistas catalanes y los independentistas vascos del Batua. ElBandolero ya se ha asegurado la aprobación de los Presupuestos y el agotar la Legislatura, una vez que republicanos y vascos y terroristas etarras le han confirmado que no los tumbarán. Los golpistas ya lograron, además de mucha pasta, los indultos de los secesionistas y, por último, que plataformas como Neflix dediquen un tanto de su producción con el Catalán. Los vascos nacionalistas, además del suntuoso cupo, ya tienen el manejo de las prisiones y, además, serán ellos los que apliquen los dineros del mínimo vital. Los etarras bastante tienen con el blanqueo que les da continuamente elPrepotente. 

Entretanto, los de la oposición de laPepé se entretienen en dar el espectáculo entre Casado y Egea y la aspirante a la presidencia del partido en Madrid, que no es otra que Ayuso. Solo tiene un calificativo el circo que se están montando: son unos gilipollas.