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martes, 28 de agosto de 2018

A por la Justicia belga

Es lo suyo, lo acertado. El juez Llarena ha decidido no acudir a Bélgica, tras la citación de un homólogo de los de allí, de la Justicia corrupta de aquel país. Por supuesto que hará muy bien quedándose en casa, aunque, por educación -la que no tienen los belgas, o la que les hace falta aprender-  no les va a hacer un corte de manga y mandarlos por donde se comienzan los sacos; de todas formas, no es una obligación su presencia allí. Además, ya, por fin, parece que será el Estado español el que asuma la defensa del juez, más por salvar a España de ser Kazajistán que por el juez.