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sábado, 29 de agosto de 2020

Odio consentido

 El silencio por respuesta. Así responde el payaso comunista Jócker a los guardias civiles destinados en las provincias españolas vascas. Más en concreto, a los guardias civiles destinados en Alsasua, en la comunidad foral de Navarra. Le han preguntado por activa y por pasiva si lo que ellos sufren en estas dos autonomías no es acoso y si los hijos los agentes tienen que "pagar" por el trabajo de sus padres, si el Gobierno piensa alguna vez hacer algo por evitar este tipo de "agresiones" y "amenazas" por parte de los etarras e hijos de etarras, qquienes los llaman perros y los quieren echar de ese territorio tan suyo como los que los amenazan e insultan; están en España.

Lo suyo sería que el Gobierno, y en su representación el ministro de los Interiores, Marlaska, le pusieran quince escoltas a cada uno de los guardias civiles acosados e insultados, para defender, al menos, a sus hijos, como hace con el ViceDos payaso comunista. Por una pintada en una carretera, ni tan siquiera cercana al lugar donde veraneaban en Asturias,  la pareja de ministros Iglesias-Montera y sus tres hijos, los ministros se sintieron acosados y amenazados. La verdad es que tienen una escolta perpetua de quince personas, pero, así y todo, se consideraron en peligro. 

La verdad, también sea dicha, la pareja no ha presentado denuncia alguna y la escolta policial tampoco. Otra "fake" -otra mentira- del comunista, que echa cortinas de humo constantemente para tapar sus vergüenzas: el partido imputado por la existencia de una "Caja B", así como varios dirigentes, y su implicación en el "caso Iglesias-Dina". No nos olvidemos de eso. Para algo ha de servir la memoria, aunque no sea histórica.

Otro año más, después de la paliza histórica que los de laparió propinaron a dos guardias civiles y a sus compañeras, los etarras de elGordo Otejjji, vuelven a la danza macabra de insultos y vejaciones contra la Guardia Civil y sus familias -incluyendo, por supuesto, los hijos-. Eso, para el presidente del Gobierno, para el ministro Marlaska y el payaso comunista Jócker no debe constituir ninguna amenaza. Por lo tanto, no es delito.

Lo máximo, como dice el alcalde batasuno de la localidad, es libertad de expresión, a la vez que equipara el acto con la manifestación de hace unos años de los familiares y amigos de las víctimas del terrorismo etarra. Eso es, laparió. El alcalde proetarra ni se acuerda de las víctimas de los asesinos, ni de la brutal paliza que los proetarras dieron a dos agentes del cuerpo, ni de los desprecios, acosos e insultos que a diario sufren los de la Benemérita y sus hijos.

Esto, ya digo, no le importa en absoluto al Gobierno, porque, al fin y al cabo son socios de Sánchez en la moción de censura contra Rajoy y, junto a los golpistas y comunistas, lo auparon a La Moncloa. Tampoco le importa al ministro del Interior, Marlaska, el del "Caso Faisán". ¡Quién lo viera y quién lo vio! Ahora es él el que acerca a los terroristas presos a cárceles cercanas a las provincias vascas, a algunos hasta a prisiones de alguna ciudad de esa autonomía española, cuando no les procura el tercer grado para que puedan salir a pasear y tomarse unos aperitivos en las tabernas situadas en las calles por las que tienen que pasar sus víctimas.

Y, lógicamente, tampoco le interesa e importa al payaso comunista. Al fin y al cabo son sus amigos los que protagonizan el espectáculo, los etarras, a los que visitaba en sus tabernas y los que tenían su número de teléfono de contacto para cuando viajaban a Madrid. Lo que hace esta gentuza contra los guardias civiles y sus familias es lo mismo por lo que él se quejaba por una pintada de carretera en la que se podía leer "Coletas rata", y sentía que su familia estaba siendo amenazada y que sus hijos corrían peligro, mientras que los que eso hacían -que no se sabe quién, porque no han denunciado a nadie- era incitar al odio. Lo que hacen los etarras contra los guardias civiles y sus familias no es incitar al odio, sino, sencillamente, diría el payaso comunista, practicar la libertad de expresión.