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martes, 12 de abril de 2022

Contra la Semana Santa de Zamora

Ya estamos, oigan, ya estamos. Es que se creen los reyes de la creación, de lo creado y de lo por crear. Vamos que lo que ellos digan va a Roma, acaso a ver a su amigo del alma, compañero y camarada, el Papa Francisco. ¡Pues no te digo! Los de laPepé del nuevo presidente del partido son unos retrógradas. Así, tal cual. Porque lo dice elBandido Prepotente, en correa transmisora de la portavoz del gobierno socialcomunista. Y le exige al gallego -le exige, no le ruega y le pide por favor- que haga un cordón sanitario al partido de Abascal, a Vox. ¡Un cordón sanitario democrático! ¡Manda güevos! Porque resulta que el ya elegido presidente de Castilla y León, el pepero Fernández Mañueco, ha pactado con Vox la formación de un gobierno coaligado en esa región. Eso sí, el primero en todo el país en el que Vox pasa a formar parte del gobierno y no es ya tan solo un apoyo al gobierno de turno.

Eso es lo que le ha chingao al egocéntrico y narciso elBandido Prepotente, el que laPepé pueda pactar con Vox muchos más gobiernos autonómicos y municipales -grandes y pequeños-, que desembocarían sin complejos en un pacto de gobierno central, un gobierno coaligado lo expulsaría a él de su palacio -porque la su Begoñita ya lo tiene como en propiedad- de La Moncloa. Y a poco que se pongan de acuerdo lo tienen a tiro -lo de tiro no quiere decir que sea una incitación a la violencia contra el inquilino de La Moncloa. Por si acaso- para que salga de ahí con el rabo entre las piernas

Las encuestas ya le dan a la posible coalición entre los conservadores y los del partido más allá a su derecha -al que los socialcomunistas y sus socios gustan de llamar la ultraderecha- una mayoría absoluta, más que suficiente y necesaria para defenestrar a los socialistas y comunistas, estos afines al criminal ruso Putin. De hecho, el nuevo gobierno de Castilla y León puede ser la experimentación práctica de un futuro, probablemente mucho mejor para todos los españoles. Fíjense, como primera medida el reelegido presidente de Castilla y León ya ha anunciado una rebaja considerable de varios impuestos, como a lo Ayuso en Madrid. Y parece que en el nuevo gobierno autonómico de coalición están de acuerdo ambas partes.

Así que es que comenzamos con buen pie la Semana Santa, en particular los castellanoleoneses. Aunque el mal tiempo ha impedido salir a la calle a varias cofradías en esta región, caracterizada por su austeridad y recogimiento en sus desfiles procesionales. Hasta en eso han tenido que meter mano, la pata o más bien las pezuñas con garras los comunistas, nada amigos de la tradición cristiana, como ya ha reflejado durante todo su mandato elQuichi en Cádiz. Pero, ahora también se ha destapado el alcalde de Zamora, el único comunista como tal alcalde de una capital de provincia. El susodicho, Guarido, exconserje de instituto, ha prohibido al jefe de la policía local que participe en cualquier acto semanansantero en representación de dicho cuerpo, por cierto muy querido y aplaudido en la capital, al que gusta ver en sus desfiles procesionales. Pues, ya nos dirá Guarido, o asiste él o envía al cabo furriel. ¡De casta le viene al galgo, del más rancio comunismo!