Vaya deberes que se ha autoimpuesto el presidente de laPepé, Pablo Casado. Se ha marcado un decálogo que para él tiene. Porque, a cada nuevo asunto del "decenario", se acompaña un paréntesis, en el que entran otras tantas medidas. Sobre todo, y en especial, volver a recuperar a los votantes que laPepé ha ido perdiendo por el camino; sin ellos, el partido de Casado no podrá llegar nunca a La Moncloa, a no ser que sea con el apoyo de las otras dos derechas: los Cíus, de Rivera, y los voxeros de Abascal.