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sábado, 29 de mayo de 2021

Víctimas colaterales de ETA

Eso, que, entre la pandemia y las vacunas, el Gobierno socialcoimunista continúa enrocado para que no se hable de los indultos a los chorizos golpistas catalanes. Nunca antes se había interesado tanto elPrepotente por los fallecimientos de los ancianos en las residencias a cuenta el virus. Jamás, el exViceUno -el payaso comunista- de Sánchez visitó una de ellas, y eso que era el encargado de lo que sucedía en ellas. Pasó olímpicamente de los ancianos, igual que pasó de manera vergonzosa de las víctimas de los asesinos etarras. Pues, ahora, se muestran interesadísimos, laPsoé y el Gobierno por los fallecimientos de los ancianos, en particular, como no puede ser de otra manera, por los de las residencias de Madrid.

Sin embargo, ya ven ustedes, les importa a ambos un pito lo que se cuela por el aeropuerto de Barajas, y otros. Hasta se está permitiendo la entrada al país de contagiados con prueba positiva. ¡Estos qué quieren, quieren exterminarnos! O sea que a investigar sobre los fallecimientos de ancianos en las residencias de Madrid no hay problema ahora; ya veremos más adelante. Pero que se investigue sobre los miles de contagiados que nos llegan desde otros países ahí sí ponen todo tipo de obstáculos los parlamentarios madrileños de laPesoé. Su razón: es algo de interés estatal, que incumbe al Estado, no a la comunidad madrileña. Sánchez, por supuesto, no será quien la impulse, no será quien, al final, tenga que darle la razón a Ayuso por la pésima gestión de los aeropuertos en lo que a la pandemia se refiere.

Así que a otra cosa mariposa. Que hasta aquí hemos llegado y no vamos a poder pasar. Pero, bueno, esto unido a la polémica impulsada desde Moncloa sobre la vacuna de AstraZéneca y la mala gestión, en general de la pandemia por parte del Gobierno se espesa aún más la cortina de humo con la que el listo del asesor de Sánchez, Iván Redondo, está tratando de tapar el posible mayor escándalo de la democracia, como sería el indulto a los delincuentes golpistas catalanes, que ni se arrepienten -esto hay que recordalo continuamente-, pero que, sin embargo, están dispuesto a volver a delinquir.

Como viene delinquiendo, si no de facto sí moralmente, el ministro de los Interiores, Marlaska -el juez del caso Faisán-, que se ha llevado ya de las prisiones donde se encontraban dispersos a los asesinos etarras. Unos a prisiones cercanas a las provincias vascas y otros a las mismas prisiones de las provincias del norte. Serán ya muy poquitos los asesinos dispersos, cinco o seis acaso. Pero él nos ha obsequiado, como viene haciendo todos los viernes desde hace meses, con dos nuevos acercamientos, de dos de los asesinos más sanguinarios de la banda armada y asesina. No tiene recato el juez de la horca para las víctimas, a las que está destrozando en desaires, desprecios y sentimientos. Otro socialista, al que le da todo igual, como a todos los socialistas.

Precisamente, el que será uno de los últimos acercamientos antes del traslado final a las prisiones vascas, viene a coincidir con el treinta aniversario de la brutal y execrable matanza por parte de la banda terrorista en la Casa Cuartel de la Guardia Civil en la población catalana de Vic. El atentado se saldó con diez muertos -cinco de ellos niños, a los que los terroristas habían visto jugar en el patio poco antes de la explosión de la bomba- y más de cuarenta heridos. 

A estos miserables asesinos no les hará falta, seguramente, indulto alguno. El Gobierno vasco se hará cargo en octubre de las cárceles de esa comunidad autónoma española, y Urcuyu les irá dando rienda suelta -ya les está buscando trabajo- y poco a poco todos estarán en la calle. A Urcuyu le da igual todo, como a los socialistas; de hecho, para el independentista vasco los niños muertos en los atentados de ETA eran víctimas colaterales. Ahí están, en imágenes para la historia, los cinco asesinados en el atentado de Vic. Víctimas colaterales de los salvajes etarras.