Todo muy bonito, sí. Mariano Rajoy, elexPresiRajoy,
partió en el Congreso de la Discordia
pepera como el gran favorito, que ni que fuera él uno de los contrincantes. Lo
recibieron con un vídeo, que me cachis, nos lo presentaban como ídolo de la
masas españolas y extranjeras, que como diría el seleccionador de laRoja, hasta de Cataluña. El hombre, ya desde el lugar de la epístola, soltó –como para
liberarse- a sus demonios a correr. Porque aseguró que siempre iba a ser
militante de laPepé, per sécula
seculorum, no como otros. Fue su primer mensaje a los congresistas, entre los
que no se encontraba, ni como invitado, el que a él lo colocó a dedo, o sea Aznar.