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jueves, 2 de julio de 2015

El humor negro y el juez

Tres indicios, tres, se nos ofrecían clarísimamente, y de manera gratuita, sobre que el juez Santiago Pedraz iba a archivar la causa contra el “tuitero del Holocausto”, también conocido por el concejal de Pueden en el ayuntamiento de Madrid Gíille Zapata. No le costó mucho al juez admitir a trámite la querella presentada por la asociación Dignidad y Justicia, pero tampoco tardó en imponerle una fianza de veinte mil euros para poder personarse en el caso, una cantidad que no está al alcance de las víctimas del terrorismo. La citación a Irene Villa, cuando, en realidad, la querella se presentaba por ofensa a todas las víctimas del terrorismo o a sus familiares. Y, la culminación, la filtración, ayer, desde la propia alcaldía, anunciando que Zapata sería el portavoz de la comisión de Cultura, lo que en cualquier momento podría ser una realidad. Ahora se comprende el tuit, aquel subliminal, del pesetero elErrejón, de “Pueden”.

Aquí, chico, en apelando a la libertad de expresión, todo se puede -¡Sí se puede!-; es decir, desde pitar al Himno Nacional de España, pasando por los chistes contra las víctimas del terrorismo y las niñas asesinadas de Alcasser, hasta meter a cinco millones de judíos en el cenicero de un “seiscientos”. La libertad de expresión ante todo, como dice el juez, señor Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional. En resumidas, que los chistes-tuites no se pueden, imposible,  incardinar “en proceso penal alguno”. Y punto; que no, y punto. Así que, ni tan siquiera tendrá que ir a declarar, el tuitZapata, que ya estaba citado, como en la Seguridad Social, para el día siete de julio, San Fermín. Pena, porque esta vez se iba en tiempo y forma.
En su auto –que no es su coche ni su vehículo- el juez, señor Santiago Pedraz afirma, rotundo, que el “tuitZapata” no se puede considerar como “una conducta especialmente perversa ni se da el dolo específico, ni además se ha humillado a la víctima”, como así afirma la propia Irene Villa.
Pero, es que vamos a ver, hombre, a ver cómo me explico, sin ánimo de ofender –aunque siempre me puedo poner por escudo la libertad de expresión- , es que no es eso, no, no. La ofensa del tuitZapata es contra todas las víctimas del terrorismo y sus familiares, y no sólo contra Irene Villa, que bastante buena es que lo perdona, asumiendo el tuit como un “chiste negro”. Porque es que aquí los que han sufrido son los asesinados y heridos y con ellos los familiares, pero, perdonen que insista, de los muertos. Que nadie trate de manipular –por cierto, de manera burda, descarada y mentirosa- diciendo que los que sufren son las familias de los asesinos, argumentando, como elBarredor de ”Pueden”, que tienen que viajar para ver a sus presos. ¡Vaya humor negro! Las familias de los asesinados tienen que ir a los cementerios, y sólo ven una tumba.
El juez, señor Santiago Pedraz, ha perdido la ocasión de pasar a la Historia como el primer juez de la Audiencia Nacional en haber creado un precedente por este tipo de actitudes y usos como los del tuitZapata y de esta manera no “perseguir sólo a determinadas personas y no a otras”. Es que si hay que perseguirlos, pues se les persigue, ni “derecho penal del enemigo” ni “pendientes resbaladizas”, ni otras historias para no dormir.
Efectivamente, y como bien reconoce el juez, señor Santiago Pedraz, de lo que se trata es de preservar los principios y garantías del Estado de Derecho, no de hacer de nuestra capa un sayo, con eso de mal de muchos consuelo de “tontos”. Ha dejado pasar el tren, y Castilla es desde hoy mucho, mucho más ancha. Peligroso.

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