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jueves, 12 de mayo de 2016

Las "torturas" a ETA

Es que el juez ese, un tal José Ricardo de Prada, dice que ve claras las torturas con ETA. Así, sin más. No es de extrañar que el fiscal quiera que lo aparten de los casos que se trae entre manos referidos al mundanal etarra. Pero, es más, ni corto ni perezoso, el juez -otro que parece que quiere brillar más que el sol- no entiende que se condene por terrorismo a los colaboradores del entorno de los asesinos. Este hombre o no está bien de la azotea o es un profundo analfabeto funcional en el conocimiento de eso de las leyes, pese a ser juez, que de todo hay en la viña del Señor.
Este hombre, resulta evidente, no puede ser imparcial y no puede estar al frente de un juzgado que entienda de casos del terrorismo etarra; es más, me atrevo a decir que no debería estar ya en la carrera judicial. No se puede dejar el asunto en saco roto, que se nos cuela una vez más. El fiscal, hoy sí y mañana también, ha de insistir para que este declarante que además es juez, sea retirado de manera inmediata, sin dilación, de cualquier caso que afecte a los etarras y a sus víctimas. El Consejo General del Poder Judicial, si es que sirve para algo, ya debería están ejerciendo su presión para que el juez Prada -otro garzonito, al parecer- coja las de Villa Diego. O sea, que se largue o que lo larguen, pero que se vaya, que no esté.
Ante semejante escándalo, la Asociación de Víctimas del Terrorismo no podía estar de pasada y, como mandan los cánones, también ha recusado al juez, porque no es fiable tras tamañas declaraciones, no puede ser imparcial, aunque dijera que hacía las declaraciones como un ciudadano normal y no como juez. Semejante estupidez sólo se le puede ocurrir a un descerebrado, porque a un ciudadano normal no se le ocurre decir esas cosas. Él es el que tiene información, porque es juez, y si sabe que lo que está denunciando es cierto, mejor que nadie sabe a dónde acudir, a los tribunales.
Pero, aunque se le aparte de los casos que tiene que instruir o juzgar, está obligado este juez a explicar en qué se basa para decir lo que dice y, por tanto, acusar a alguien de un delito, el de torturas, que alguien, supuestamente habría cometido. Las Fuerzas de Seguridad del Estado, los funcionarios de prisiones o los propios jueces. Digo.
Es absolutamente necesario que al juez Prada se le retire del cargo, se le suspenda en sus funciones, al menos mientras se investiga el que ya es su caso. Y, por supuesto, que diga quiénes han sido los torturados y quiénes los torturadores. Los dos cuestionamientos del juez Prada - el que se trata de terroristas a los que apoyan a los asesinos y que ve "claras" las torturas que se han realizado con etarras- son muy graves: o los demuestra o que lo expulsen a él de la carrera judicial, no sin antes un juicio, del que puede derivarse una condena.
Pese a las alturas de siglo en que nos encontramos, parece increíble -pero es cierto- que todavía haya elementos que defiendan e incluso justifiquen a los desalmados asesinos de la banda mafiosa etarra y a sus colaboradores, tan asesinos como los propios ejecutores. Recientemente decía María San Gil, refiriéndose al País Vasco y al terrorismo etarra, que "aquí la única derrota es la de la dignidad de esta sociedad". Mientras, el etarra Valentín Lasarte -autor de diez asesinatos- se pasea tan campante por Lasarte, ella, María San Gil, tiene que pasearse con escolta y la siguen insultando. No sé si lo sabe el señor juez José Ricardo de Prada.

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