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domingo, 21 de febrero de 2016

Del cojones al hijos de puta

Si es que hasta para esto de decir tacos -también conocido por blasfemar- son acomplejados los peperos. No se crean que el otro día cuando el vasco del pepé soltó ante MaryJoy que estaban hasta los cojones de la corrupción en el su partido lo dijo así como así, como que le salió del alma. ¡Quitapayá! Antes de soltarlo avisó de que iba a decir una cosa muy pero que muy gorda, que se lo había prometido a los compañeros y ante tamaña promesa no podía quedárselo para sus adentros. Y fue y lo soltó -¡cojones!-, y qué a gusto se quedó el hombrico. Se le veía como si se hubiera quitado un peso de encima.
La respuesta de MaryJoy, ya ven, que se podrían imaginar hasta dónde estaba él. Pero ni un pío de una mala palabra. Pero, coño, que a veces es bueno desmelenarse, y hasta lograr un titular, aunque no sea por lo que se prometa o por lo que se mienta. Porque podría haber dicho: ¡Leches, y yo también! O: ¡jolín, estoy contigo! O: !estoy hasta el culo de la corrupción. Mierda, caca, pis, culo! Pero, nada. Oigan, nada. Sin pringarse. como buen gallego, que seamos nosotros los que nos lo tengamos que imaginar. ¡Dios nos libre de un mal pensamiento!
No se dan cuenta estos peperos de que, a veces, es bueno poner ese aparato sobre la mesa, que se sepa que está, que existe, que lo tienen. Además, si es "pecao", que se den por "perdonaos". El arzobispo de Madrid todo lo perdona, hasta ha perdonado -comprensivamente- a la concejala podem(k)ita del ayuntamiento de Madrid, la "portavoza" de laseñáManuela, o sea a Rita Maestre, lasaltaCapillas de la Complutense. Es muy bueno el arzobispo de Madrid -¡un santo!-, para él no tiene importancia que laRita que se va a los puertos, o a donde quiera, entre en la capilla al grito de ¡arderéis como en el 36! -aunque, en realidad, era como en el 31- y que no sé qué de las almejas, y que no sé qué de los rosarios del Papa -¡del Santo Padre, Paco, que está en la tierra!- y que lo hizo, el asalto, con el torso desnudo, que como dice ella, a nadie le amarga un dulce. Así que si la perdona a ella no va a perdonar a los presuntos blasfemos peperos. Si es que, además, el arzobispo no tiene ningún problema con los podem(k)itas; él sólo pasaba por allí, y la perdonó, a laRita.
Que sí coño, que sí, que de cuando en vez es bueno soltar un taco. Si no, sírvale de ejemplo a los peperos los que se ha gastado el califa rojo, y bien rojo, que no lo disimula, que gusta de llamarlo así, porque él es rojo y lo de progre lo ofende. Por eso, es un admirador de elBarredor, que ha logrado hacer con laPesoé lo que le habría gustado -siempre lo soñó- hacer él. Por eso, también conspiró contra Cayo Lara, quien, por cierto, parece un santo varón: se las dan por todas partes, y dice que aquí no pasa nada, porque para eso están los de Zamora, que no se ganó en una hora, y tiene "desmoralizao" al pobre Garzón. En fin, decía que en la entrevista que publica hoy "El Mundo", el califa Julio Anguita sueña con ir al Congreso y decirles a sus señorías: "¿ahora qué, hijos de puta?" Y luego, gilipollas para arriba y gilipollas para abajo. Y, como lo de Cayo Lara, "nádená". Y si hay que ir a ver al arzobispo de Madrid, se va, porque no creo que también pasara por allí. Y nosotros con estos pelos. Me cuagüen el líquido blanco que el que lo reparte deja en la esquina, coñe, la leche puta. Espero la absolución arzobispal, aunque me da igual si es la de un cura de pueblo. Deo gracias.

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