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lunes, 25 de julio de 2016

Venezuela, un país en guerra


Que Venezuela es un país en crisis permanente no es nada nuevo. Pero que en Venezuela haya aumentado, como consecuencia de ello, en más de un ciento por ciento, el índice de mortalidad entre los neonatos, los recién nacidos, es un hecho que resulta, cuando menos, espeluznante. Cerca de cinco mil bebés fallecieron tan sólo el año pasado. Y la situación política del régimen populista de Nicolás Maduro, está provocando, además, el desabastecimiento, prácticamente, de casi todo: alimentos, objetos de primera necesidad y, ahora, de las medicinas, lo que está llevando la desesperación a los venezolanos, que se ven obligados a vivir entre la impotencia y la resignación.

Hasta tal punto se ha implantado la crisis en la medicina que los galenos piden insistentemente a los pacientes que tienen que ser atendidos en los hospitales que se aporten ellos mismos los fármacos que necesiten, incluso las gasas para las curas y todo tipo de insumos, es decir todo lo que precisen para poder ser asistidos. No hay nada. Tal es la escasez que padecen los hospitales públicos. Para algunos médicos que se han atrevido a hablar, en los hospitales estatales se “trabaja como si fuera un país en guerra”.

¡Jo, quién te ha visto y quién te ve! Eso le sucede a Venezuela, que de ser uno de los países más ricos del mundo hace tan solo unos pocos años ha pasado a conformarse como uno de los países más paupérrimos. Tuvieron los venezolanos mucha abundancia de petróleo y con el petróleo; pero, luego, no supieron sembrarlo para los tiempos de escasez. No les digo ya nada desde la ascensión al poder del que llamaban “mi comandante”, Hugo Chávez. Pero, la debacle llegó con su sucesor, actual presidente Nicolás Maduro. Pero, él, el desastre personificado, tan contento. El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera la economía de Venezuela como la peor del mundo. Y eso no es una broma, no.

Pánico nos entra, se nos abren las carnes, sólo de pensar que un régimen similar, o parecido, se pudiera instalar en breves en España. Ya no sólo temor por la represión política -como por ejemplo, el encarcelamiento del opositor venezolano Leopoldo López, que ya lleva más de dos años preso y que corre el riesgo de permanecer otros diez al menos-, sino, y también, que la democracia por la que tanto hemos luchado y el estado de bienestar que hemos conseguido se nos puedan ir al carajo en menos que canta un gallo, o rebuzna un burro, o hace lo propio suyo cualquier animal.

Miedo nos da la nueva estrategia que dicen los de las redes sociales que es probable que emprenda en España el líder de laPesoé, elPedroQué, quien venía manteniendo un prudente silencio, que está más guapo. Su reciente frase-pensamiento “¿Y por qué no?” ha provocado todo tipo de especulaciones. Quizá, y es lo más probable, esté anunciando una alianza con los podemitas de elBarredor, Pablo Manuel Iglesias, para intentar la formación de un nuevo Gobierno para España. ¡¿Y por qué no?! Sería la formación de un Frente Popular de Izquierdas, en el que estarían los podemitas, hijos putativos del bolivarismo venezolano. Y ya ven cómo les va por allá a los ciudadanos venezolanos, en lo político y en lo económico. Y cómo se las gastan estos. Este país nuestro no es, por favor, ni por asomo, Venezuela. Si elPedroQué aceptara liarse con los populistas bolivarianos, que tenga por seguro que pasará a la Historia, pero ya sabe cómo. Quizá, con tal de llegar a ocupar La Moncloa, no le importe ni la Historia, ni el cómo.

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