Son
los otros procesos –que no “procés”-, los que parecía que no existían, a os que
parecía que ni le llegaba la hora; pero, el tiempo vuela. Ya están ahí. Van
llegando despacito, despacito, como la canción, pero, al igual que la música,
de manera insistente, machacona, lenta, sí, pero sin pausa. Pasarán por la Justicia todos aquellos que veíamos
manejarse con desenvoltura, con osadía y hasta con cara dura, esos a los que,
creíamos, para mayor escarnio, que eran capaces de situarse por encima de la Ley.
Pero, como dice el dicho, a todo marranico le llega su
SanMartín, con perdón de los animalistas y si no también. Son aquellos mocetes
de laInvencible que se pasaron todas
las órdenes de la jueza y por el forro, públicamente, en el referéndum del UnoaCero. Son los que permitieron
colocar las urnas, los que avisaban a los independentistas de los movimientos
de la Policía Nacional y la Guardia Civil, los que impidieron a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado
cumplir con su cometido para impedir la celebración de un referéndum declarado
ilegal, cuando no, incluso, se enfrentaron a ellas.
Todos esos agentes de los mocetes–de momento, más de
trescientos- habrán de pasar por los tribunales. Todos ellos, lo más probable,
es que sean expulsados de laInvencible, además de tener que afrontar sus responsabilidades penales. Pero
también los habrá que deberán ser depurados dentro del propio cuerpo, sin necesidad
de pasar por los juzgados, con expedientes sancionadores, con suspensiones de
empleo y sueldo y, mismamente, con la expulsión del cuerpo.
Quizá lo más perentorio sea retirar de sus cargos a
los mandos “golpistas”, que han jurado para sí apoyar a los golpistas antes –o nunca-
que a la Constitución, y son muchos
esos agentes –todos ellos bajo el manto de Trapero
y el exconsejro From, actualmente
embarrotado- que ostentan empleos y ocupan lugares estratégicos, que impiden constantemente
que puedan ascender o promocionar los leales al Estado. Pero estas medidas internas,
urgentes, por favor, que no estén encomendadas al delegado del Gobierno en Cataluña, Enrique Millo. El delegado gubernativo
perdió toda confianza ante la sociedad –tampoco es que estuviera sobrado de
ella- cuando acudió a la teuve golpista TV3
a pedir perdón por las intervenciones de guardias civiles y policías nacionales
en el referéndum del UnoaCero. Este es el día en que todavía no ha pedido
perdón el delegado por la aberración que cometió; de hecho, tenía que haber
dimitido en aquel mismo instante.
Hay, no obstante, otros procesos que están por llegar,
y que los veremos. Se trata de los que se les avecinan a aquellos civiles que,
con sus comportamientos, impidieron la normal actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en ese
día de las urnas y anteriores y posteriores al mismo, como, por ejemplo el “desmadre”
a la puerta de la consejería de Economía,
la de elJunqueras, y el destrozo de los vehículos policiales.
Otros procesos serán los que tengan los bomberos –que apaguen
ahora el fuego-, esos hombres que se creyeron valientes –ciertamente deleznables
y ofensivos para toda España- y sólo fueron grandes colaboradores de los
golpistas. Otros más a sufrir las
consecuencias de sus actuaciones han de ser, sin duda, los agricultores que con
sus “pancers” interrumpieron y cortaron el
tráfico en las carreteras; esos agricultores secesionistas que viven gracias a
los fondos de la Política Agria Común,
la PAC, y que los reciben por ser de España,
pero que tienen todo lo que se requiere para ser golpistas. Otros que la maman,
como Pepe Guardiola, Javi, el marido de Shakira y, más recientemente, el secesionista Alfredo, que representará
a España en el Festival de Eurovisión.
Tampoco se le pasará por alto a los jueces el
comportamiento –y en su caso delito- de los padres que utilizaron a sus hijos
pequeños colocándolos en el asfalto para cortar las carreteras durante las
jornadas de huelga. Esos miserables padres se merecen un buen escarmiento por
parte de la Justicia, incluso que queden desposeídos de la custodia y patria
potestad de los pequeños. Son un mal ejemplo para los niños.
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