Todo muy bonito, sí. Mariano Rajoy, elexPresiRajoy,
partió en el Congreso de la Discordia
pepera como el gran favorito, que ni que fuera él uno de los contrincantes. Lo
recibieron con un vídeo, que me cachis, nos lo presentaban como ídolo de la
masas españolas y extranjeras, que como diría el seleccionador de laRoja, hasta de Cataluña. El hombre, ya desde el lugar de la epístola, soltó –como para
liberarse- a sus demonios a correr. Porque aseguró que siempre iba a ser
militante de laPepé, per sécula
seculorum, no como otros. Fue su primer mensaje a los congresistas, entre los
que no se encontraba, ni como invitado, el que a él lo colocó a dedo, o sea Aznar.
El auto loa de Mariano Rajoy, que acabó aburriendo al
personal, fue “demasié”. Se regocijó de lo hecho con los golpistas y la
aplicación del 155, aunque muchos de los asistentes se miraran a hurtadillas,
sin saber de qué presumía, mientras que otros muchos lo cogieron enseguida como
un apoyo a la exViceSoraya, que fue
la que lideró la “Operación diálogo”.
También presumió de haber acabado con la banda terrorista ETA, a cambio de nada, pero se olvidó del caso, de la afrenta que
supuso para los españoles la puesta en libertad del asesino Bolinaga. Y no deja de ser curioso que
la exViceSorayita haya anunciado que
la hermana de Miguel Ángel Blanco,
el joven concejal asesinado por los etarras, estuviera integrada en su
candidatura.
En verdad, hay que reconocer la labor del
exPresiRajoy, y en especial en el aspecto económico, fue realmente grande, en
ocasiones; pero, también sumisa y cobarde en otras muchas. Eso va implícito en
la labor de Gobierno. O no. Pero, tanto lo bueno como lo malo, lo positivo como
lo negativo quedó borrado del iris y de la memoria de los españoles en aquella
tarde aciaga en la que permitió que socialistas, podemitas, nacionalistas
vascos y vascos etarras y golpistas se quedaran a cargo del poder. Que el
socialista Pedro Sánchez ocupara La
Moncloa, impidiéndonos a los españoles la opción de votar. Porque fue él, el
exPresiRajoy quien le permitió a Sánchez
ser presidente del Gobierno de España permitió, cuando por unos cuantos “yoniwálqueres”
dejó abandonado su escaño en el Congreso
de los Diputados para que lo ocupara el bolso de Sorayita, y no volvió. Mucho de lo que está sucediendo hoy en España
es por su culpa.
Rajoy se despidió convencido de que había blanqueado
su imagen del último día en el Congreso de los Diputados. ¡Convencido! Se
aparta a un lado, pero no se va. Eso sí, será leal al ganador, triunfe quien
triunfe. Más o menos que ahí os dejo, que ya sois mayorcitos, para que os las
arregléis, contigo o “sintigo”.
Como unos zorros, vamos. Así ha dejado también el partido,
que se debate entre subsistir o romperse. Una “guerra” sin cuartel entre los Sorayistas y los Casaderos. Esta noche puede ser la de los “cuchilos largos”. Aunque
todavía hay algún optimista que espera el amanecer como un gran día, como agua
de mayo, para demostrarle al mundo que en política puede pasar de todo en
cuestión no ya de horas, sino de minutos y que el madrugador Rosario de la Aurora se convierta en la
lista del consenso y de la unidad.
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