No pueden decir
que nadie se lo había advertido. Pero, es que los peperos son así, y en
particular su expresidente del partido y expresidente de Gobierno de España, Mariano
Rojoy, que, a medida que se nos va distanciando en el tiempo, se nos
presenta algo más que “cortito” mental. El peneuvista Íñigo Urcuyu, presidente de la comunidad autónoma de las provincias vascas se la
volvió a plantar a Rajoy en el juicio a los golpistas catalanes. No aclaró nada
de los hechos que se juzgan, pero sí se llevó bien estudiadas sus respuestas,
para crear confusión o, cuanto menos, sembrar dudas, sobre lo que nadie vio y
que es difícil de demostrar.
El líder de los Ciudadanos, Alberto Rivera, que anda muy nervioso y meticón de pata, cayó en la
trampa. Al peneuvista ya le ha salido rentable su viaje a Madrid. Ahora está intrigado el de Cíus y dubitativo y obsesionado y desconfiado. Por eso le ha
preguntado a laPepé, a su jefe de
filas, Pablo Casado, si es cierto lo
que dejó entrever el vasco –ya saben, los de la peneuve siempre traicionan- en
el sentido de que había actuado como intermediario entre el entonces presidente
del Gobierno, Rajoy, y el de la Generalidad catalana, elPuchi, el fugado de la Justicia, durante los días de los
hechos que se juzgan en el Supremo.
A lo que vamos,
el de la peneuve lo soltó para armar el follón, a cuenta de la denuncia y repulsa
que Casado hizo de la búsqueda de un
intermediario o relator entre el gobierno de elPedroQué? y el de la Generalidad de Cataluña, a fin de llegar a acuerdos a través del diálogo, pero con
un relator por medio, a poder ser, como exigen los independentistas, un relator
extranjero. Bien llevado por Urcuyu, como tramposo que es, que ha hecho caer en
la trampa a un inocente Rivera, que,
ya digo, anda el hombre muy nervioso, demasiado, y metiendo la pata, para
volver a sacarla, cada dos por tres.
Y siguen y
siguen, como las pilas del muñeco, las investigaciones contra los golpistas,
aunque el juicio esté en pleno apogeo. Que aquí no termina el delito. La Guardia Civil ha logrado averiguar, y
con pruebas documentales, que un alto cargo de los del “santurrón” Oriol Yunqueras se reunió con los
responsables de una empresa, Unipost –en
donde los agentes se incautaron de papeletas y sobres para el referéndum ilegal--
para indicarle al empresario cómo destruir pruebas y aleccionar a empresario y
trabajadores a responder a las preguntas que se les formulara por las Fuerzas
del Orden.
Además de eso,
lo más grave, es que en este estadio se encontraban implicadas no sólo cinco
consejerías, sino que también sus respectivos secretarios generales y funcionarios
de tercer nivel. O sea, que como para desbaratar el engranaje del Golpe con
unos días de aplicación del 155. Si este artículo de la Constitución hubiera estando en vigor desde entonces hasta ahora,
todavía no se habría desenredado la madeja.
Seguro que nos
enteraremos, cuando se aten los cabos, de la financiación del referéndum y otros.
El inútil del exministro Montoro fue
incapaz de llegar más allá de donde
llegó, es decir, a nada y, además, salvando a los golpistas. Ya verá el listo
cómo lo engañaron. Y se creía Dios,
el que sólo era un cobarde inquisidor de los más desfavorecidos. A todo ceboncico
le llega su San Martín, aunque
estemos en marzo.
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