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viernes, 1 de marzo de 2019

Rivera cae en la trampa


No pueden decir que nadie se lo había advertido. Pero, es que los peperos son así, y en particular su expresidente del partido y expresidente de Gobierno de España, Mariano Rojoy, que, a medida que se nos va distanciando en el tiempo, se nos presenta algo más que “cortito” mental. El peneuvista Íñigo Urcuyu, presidente de la comunidad autónoma de las provincias vascas se la volvió a plantar a Rajoy en el juicio a los golpistas catalanes. No aclaró nada de los hechos que se juzgan, pero sí se llevó bien estudiadas sus respuestas, para crear confusión o, cuanto menos, sembrar dudas, sobre lo que nadie vio y que es difícil de demostrar.


El líder de los Ciudadanos, Alberto Rivera, que anda muy nervioso y meticón de pata, cayó en la trampa. Al peneuvista ya le ha salido rentable su viaje a Madrid. Ahora está intrigado el de Cíus y dubitativo y obsesionado y desconfiado. Por eso le ha preguntado a laPepé, a su jefe de filas, Pablo Casado, si es cierto lo que dejó entrever el vasco –ya saben, los de la peneuve siempre traicionan- en el sentido de que había actuado como intermediario entre el entonces presidente del Gobierno, Rajoy, y el de la Generalidad catalana, elPuchi, el fugado de la Justicia, durante los días de los hechos que se juzgan en el Supremo.

A lo que vamos, el de la peneuve lo soltó para armar el follón, a cuenta de la denuncia y repulsa que Casado hizo de la búsqueda de un intermediario o relator entre el gobierno de elPedroQué? y el de la Generalidad de Cataluña, a fin de llegar a acuerdos a través del diálogo, pero con un relator por medio, a poder ser, como exigen los independentistas, un relator extranjero. Bien llevado por Urcuyu, como tramposo que es, que ha hecho caer en la trampa a un inocente Rivera, que, ya digo, anda el hombre muy nervioso, demasiado, y metiendo la pata, para volver a sacarla, cada dos por tres.

Y siguen y siguen, como las pilas del muñeco, las investigaciones contra los golpistas, aunque el juicio esté en pleno apogeo. Que aquí no termina el delito. La Guardia Civil ha logrado averiguar, y con pruebas documentales, que un alto cargo de los del “santurrón” Oriol Yunqueras se reunió con los responsables de una empresa, Unipost –en donde los agentes se incautaron de papeletas y sobres para el referéndum ilegal-- para indicarle al empresario cómo destruir pruebas y aleccionar a empresario y trabajadores a responder a las preguntas que se les formulara por las Fuerzas del Orden.

Además de eso, lo más grave, es que en este estadio se encontraban implicadas no sólo cinco consejerías, sino que también sus respectivos secretarios generales y funcionarios de tercer nivel. O sea, que como para desbaratar el engranaje del Golpe con unos días de aplicación del 155. Si este artículo de la Constitución hubiera estando en vigor desde entonces hasta ahora, todavía no se habría desenredado la madeja.

Seguro que nos enteraremos, cuando se aten los cabos, de la financiación del referéndum y otros. El inútil del exministro Montoro fue incapaz de llegar  más allá de donde llegó, es decir, a nada y, además, salvando a los golpistas. Ya verá el listo cómo lo engañaron. Y se creía Dios, el que sólo era un cobarde inquisidor de los más desfavorecidos. A todo ceboncico le llega su San Martín, aunque estemos en marzo.



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