Los violentos de Torra

Nada más y nada menos que la acusación del fiscal se centra en rebelión, terrorismo y tenencia de explosivos. Casi nada. Un año de seguimiento para que seiscientos guardias civiles participaran en la detención de estos canallas independentistas de los Comités de Defensa de la República (CDR). Tenían ya seleccionados los objetivos -entre ellos una casa cuartel de la Guardia Civil, con forma de tricornio- y ya habían probado en una mina abandonada los explosivos que ellos mismos fabricaron. Nueve son los detenidos, aunque solo siete han sido trasladados a la Audiencia Nacional, en Madrid.

Los atentados, previstos entre el segundo aniversario del UnoaCero y la sentencia del Tribunal Supremo a los implicados en lo que ellos llaman "procés", pero que no es otra cosa que el Golpe de Estado fallido. Ahora, también urge averiguar quién les enseñó a estos hijos de su madre a fabricar los explosivos. Eso despejará también muchas incógnitas y puede que abra puertas a las conexiones de estos terroristas con otros ámbitos sospechosos. Quizá aquí tenga algo que decir el etarra Otejjji, que tanto viaja a Cataluña y tan buenas amistades está haciendo allí.

Los independentistas, empezando por el nazi xenófobo y siguiendo por el cobarde huido a Waterloo, respaldan a los detenidos y acusan al Estado español de querer armarla. Son tan imbéciles y poco inteligentes que se cargan desde ya con la posible culpabilidad de los terroristas. Lo suyo, es de libro, sería haberse desligado desde el primer momento de los detenidos, para mostrar que el independentismo, como ellos repiten hasta la saciedad, es democrático y pacífico.

Aunque eso es muy difícil de demostrar cuando todo el país vio la violencia ejercida durante septiembre y los primeros días de octubre de 2017: retenciones en la consejería de Hacienda, cortes de carreteras con tractores y vías de ferrocarril y enfrentamientos violentos con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. De ahí las acusaciones de la Fiscalía contra los delincuentes juzgados por rebelión, sedición y malversación de los dineros públicos ¡Que no nos cuenten historias!

Si bien es verdad, el primero en ser detenido en estas circunstancias tendría que haber sido el neandertal hombre presidente de la Generalidad. Él ha sido quien ha apoyado a estos terroristas y quien los ha animado a la delincuencia armada, cuando los instigaba alentándolos con el "apretad, apretad. Hacéis bien en apretar". El guerra civilista nunca lo ocultó: "Lo que ha hecho la gente de este país es fabuloso, se ha asociado a las asambleas, a Ómnium, a los CDR. Yo tengo toda mi familia apuntada a los CDR". Sin duda, a los violentos. Ya veremos, más adelante, con los interrogatorios, quién los enseñó a fabricar bombas, como digo, y quién los ha estado protegiendo, ayudando y dando cobertura.

Bueno, lógicamente, surge ahora la "guerra" entre los detractores de las detenciones y los que las apoyan, dejando actuar a la Justicia. Todos sabemos quiénes son los unos y quiénes los otros. Pero, sí es grave que los "profesionales" de la televisión española, la nacional-oficial, que pagamos todos con nuestros dineros, sean tan burdos manipuladores. Rosa María Mateos y el recientemente catalán nombrado director de informativos deberían dimitir. Sus propios compañeros se lo deberían exigir. Fue más importante la quiebra de una empresa turística que el haber descubierto a unos terroristas dispuestos para atentar ya en Cataluña y ocasionar un número indeterminado de muertos de miembros de la Guardia Civil. ¡Trataron la noticia como si aquí no pasara nada. Y pasa. Y lo que sucede es muy grave.