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sábado, 24 de agosto de 2019

El Audaz, el buque fantasma en Lampedusa


¡Anda que sí! La están armando buena los de la ONG catalana del Open Arms. Después de veinte días en alta mar con más de cien migrantes a bordo, el problema humanitario se resolvió en el momento en que la fiscalía italiana dio permiso para que el barco pudiera atracar en Lampedusa y que los ocupantes -que no okupas- pudieran bajar a tierra. Los dueños del barco, la ONG, no lo tienen tan claro, porque las autoridades italianas se lo han confiscado. Aunque a estos les da igual, en cuanto puedan se hacen a la mar.
Lo mismo les da a los de la oenegé que tengan permisos o no para hacer lo que no deben hacer, rescatar, en vez de auxiliar a los migrantes. Son muchas las sospechas que se ciernen sobre la oenegé sobre su labor real en la mar, provocando, por un lado, el efecto llamada y, por otro, levantando habladurías sobre su posible relación con las mafias de traficantes de personas.
Ya digo, les da igual, y si no pueden hacerse a la mar con este barco lo harán con su buque insignia, al que la oenegé ya prepara y dispone, por si acaso, para comenzar a navegar. Desobedecerán órdenes y leyes, tanto italianas como españolas. Están acostumbrados a ello, como catalanes indepes. Ya lo hicieron una vez fugándose del puerto de Barcelona sin permiso alguno de las autoridades marítimas y lo volverán a hacer cuantas veces sea necesario, pese a que en cuanto atraquen en puerto español el barco será posiblemente confiscado y se impondrá a la oenegé una multa de casi un millón de euros. Que nadie entiende por qué no se la han impuesto ya, esté el barco donde esté. Ya volverá.
Bueno, pues en estas estamos, cuando nos encontramos con un buque de la Armada española frente a las costas italianas, en la isla de Lampedusa. Al Audaz lo envió el Gobierno de Sánchez en busca de quince migrantes del Open Arms y a por el barco de la oenegé. El barco español debería llevar a los migrantes y acompañar al Open Arms a puerto balear seguro.
Nada más zarpar el buque de la Armada fue cuando se produjo la orden de la fiscalía italiana al Open Arms de  atracar y desembarcar en Lampedusa. Nadie entendió porqué Sánchez no ordenó al Audaz regresar a puerto; pero, no, Sánchez permitió que el Audaz se llegara -como si nada, varios días de navegación- hasta Lampedusa para recoger a quince migrantes, pero sin poner detener al Open Arms, que lo tienen retenido los italianos
Tampoco lo entendieron las autoridades militares, que se encuentran desconcertadas y "malhumoradas" por el hecho de que el Gobierno haya utilizado el barco de la Armada, cuando ya no tenía sentido. El traer a los migrantes a España habría salido mucho más barato en avión, y mucho más rápido, que los treinta mil euros de gasolina y el mantenimiento de la marinería y los emigrantes. ¡Incomprensible!
Pero ahora queda lo mejor: nadie sabe qué hacer con el Audaz, ni las autoridades italianas, ni las españolas. Al puerto de Lampedusa el barco no puede entrar, porque es demasiado grande, así que fondeado queda fuera, no se sabe hasta cuándo. También lo ignora la ministra portavoz, laseñáCeláa, que sólo sabe que están en constante contacto con el capitán del barco. Nadie sabe qué va a ser, y hasta cuándo, del Audaz. Pero no le pregunten a Celáa.

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