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lunes, 13 de abril de 2020

Las interpretaciones de Ábalos o la mentira permanente

Lo mejor que podría hacer esta buena señora, madre de tres criaturas, es tratar de curarse y dejarse en paz de historias. Pero, ya ven, parece que no. La dueña de las llaves del casoplón de Galapagar no se aguanta y tiene que soltar los exabruptos como sea y donde sea. Verán, el pasado domingo concedió una entrevista a un medio argentino, y recalco lo de concedió, porque ella es magnánima. Vamos, que en su vida se ha visto en otra: en un ministerio y concediendo entrevistas. ¡Quién se lo iba a decir a ella! De cajera de supermercado -a mucha honra, y seguro que lo hacía muy bien- a ministra de Igualdad. Este cargo, por cierto, que le concedió el amigo de su compañero el comunista, le cae grande, de verdad. Que reconozca sus limitaciones. Lo malo es que esta gente, que llega como llega a los cargos, luego se lo creen.

Pues, eso. Que le dice la ministra al periodista argentino que de esta -refiriéndose a la pandemia- hay que salir con "el feminismo y antifascismo". Hasta aquí lo dicho por la ministra. Ahora, las elucubraciones, o lo que es lo mismo; ¡qué coño ha querido decir la muy excajera de supermercado! Que nos lo explique, coño, que nos lo explique. Que ya sabemos que somos muy cortitos y ella muy inteligente. Acaso no le merezcamos la pena. Acaso no le merecemos la pena, como a las miles y miles de personas -mujeres y hombres- a los que animó para que participaran en las manifestaciones del 8M, que menos mal -¡Menos mal!- que fueron, afortunadamente menos que el año pasado y, seguramente, más que el que viene.
Acaso es que pretende que cuando se levante el confinamiento lo celebremos con otra manifestación al uso. Porque, miren, conmigo que no cuente, como en el 8M. Lo que no acabo de entender es lo del antifascismo. Joér, porque si es así, aplicar al virus el antifascismo, no hay perdón para que no lo haya hecho desde el primer día, que nos habríamos ahorrado mucho dolor, mucho sufrimiento, muchas lágrimas. Eso, no lo sabe la señora de Galapagar. Esto es lo que preocupa a la gente, el sobrevivir y no ver ingresar y morir a familiares y amigos y la incertidumbre por el día de mañana, la incertidumbre de dónde sacar para mantener a la familia. El feminismo de la ministra comunista y sus antifascismos, o más bien sus fobias, sus manías de niña tonta, que se los meta por donde le entren.
Acaso es que quiso decir otra coa y la interpretación -mala consejera para los comunistas- nos hace ver otra cosa. Pero, si no sabe explicarse es su problema, que asista a clase o contrate a un profesor particular -que no lo pague en negro-, que perras tiene para ello. Y, si no, que se retire, que de exabruptos está el mundo lleno. Porque si cuando se recupere se va a mostrar igual de docta y paternalista y aleccionadora que su camarada, la ministra de Política Territorial, mejor que se queden en casa las dos.
Lo propio podría hacer el ministro de los Transporte, Ábalos, que anda que ya le vale a éste. Ante la inquietud que ha creado a los dueños de segundas viviendas -se podría decir que alarma social- se limita a decir que no se van a ocupar segundas viviendas, pues, oigan, como les digo una cosa les digo la otra: hay que dar explicaciones y aclarar la orden donde se recoge todo lo relativo a ese polémico asunto. Pero, como lo dice él, sobra y basta. Lo mismito que ha hecho -porque el asunto no está cerrado, con el aterrizaje en España de la comunista bolivariana de Venezuela, la "Dulce Delcy".
Es que da la casualidad que nadie, excepto él y los de la "secta tóxica" son los únicos que lo entienden. Veremos en el momento de su aplicación por dónde salimos. Por eso, el ministro, tenía que aclarar todos los extremos de esa orden, proyecto o lo que sea, porque entendemos su contenido, que, ya ven, no coincide en absoluto con la rotundidad de las afirmaciones del ministro. Así que, ya me dirán ustedes, si no hay espacio más que suficiente para la interpretación.
Hombre, todo esto con todo el respeto que se le debe a cualquiera, no por el hecho de ser ministro o, como ellas, de ser ministras. No. Ya les digo, con todo el respeto y consideración, no siendo ahora que el ministro de los Interiores interprete que aquí hay delito de odio. Pues, anda, que sí que nos tiene amedrentados el ministro Marlaska amenazando con dar al traste con  la libertad de expresión. Pues, que sepa el señor juez que si él está escudriñando las redes sociales, sus declaraciones están siendo analizadas ya por los estudiosos, de manera científica, y más adelante, desde luego, serán los alumnos de comunicación los que lo valorarán. Me da que no va a salir muy airoso.

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