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miércoles, 29 de abril de 2020

Un ridículo permanente

Joér, sorpresa, sorpresa. El confinado del comunista de La Moncloa ha reconocido por una vez -no se acostumbren- que el Gobierno ha podido cometer errores. Lo ha reconocido Sánchez en el Congreso de los Diputados. Pero, claro, acto seguido, ha añadido que con él se unan las autonomías, que también los han cometido. Es malo, el tío, pero malo, malo de toda maldad. No le quedaba más remedio a Sánchez, pese a su altanería y orgullo -que nadie sabe a cuenta de qué, ni de dónde le viene-, que amilanarse un poquito, aunque solo fuera poquito. La razón es sencilla: el personal se le está echando encima. Y lo sabe.
La gente se está cansando de tanta estupidez, de tanta inacción, de tanta contradicción, de tanta improvisación y de tanta mentira y de tanto comunismo. La gente está muy cansada de confinamiento, de agobios económicos y de disgustos emocionales, mientras que parece como si al Gobierno, todo entero, los problemas de los demás no fueran tal, ni tan siquiera los sentimientos por tanto dolor, por tanto sufrimiento, por tanto drama. En definitiva por tantos muertos, miles, y contagiados, cientos de miles.
Por si fuera poco todo esto, nos sale ayer a anunciar la "desescalada". Nunca mejor dicho, porque nos expuso la caída a plomo desde un precipicio. Así de sencillo. Todavía hoy no hay quien se aclare de tal batiburrillo, que ni él mismo supo explicar a los españoles. Lo único claro que tenemos todos, es que hay que ir cogiendo sitio en las peluquerías, porque ya hay reservas para dar y tomar a partir del día cuatro de mayo. Y lo que entendemos todos es que qué necesidad tenemos de alargar el estado de Alarma, y el confinamiento durante otros quince días más. Acaso, puede ser, no hay que descartarlo Sánchez y su socio el comunista buscan algo más en la prórroga.
Entendemos que el confinamiento va  llegando a su fin, aunque nos quieren meter otra quincena extra. Es grave. Pero, más grave todavía cuando no sabemos cómo hacerlo, qué pautas seguir. Estaba visto, esta gente del poder Ejecutivo no tenía nada planificado, y siguen a salto de mata imbuidos en la improvisación, que se tornará en rectificaciones varias. Son unos indecentes, unos miserables.
Menos mal a que elEnterrador Simón nos ha sacado de alguna duda. Que no nos preocupemos que "cada medida llevará sus instrucciones". El jefe del Comité Técnico de la Desescalada, como ahora se denomina al que parece extinto Comité Técnico de Gestión del Coronavirus, continúa siendo el más que indecente elEnterrador, uno de los principales responsables del elevadísimo número de muertos por el coronavirus en nuestro país. Pero, ya ven, a este le da igual. Al menos Sánchez ha reconocido que ha podido cometer errores, su Gobierno, él no, aunque los asume como suyos en primera persona. ¡Qué cara dura! Simón no reconoce ni una culpa, es más se toma el asunto a cachondeo, como cuando se reía y nos engañaba -o él mismo ignoraba lo que se nos venía encima, que es más grave- con eso de que acaso habría un par de contagiados. Ahora nos trata como a los clientes de Ikea, que montamos los muebles siguiendo las instrucciones.
Pero lo cierto es que el Gobierno no tiene ni medio definidos los pasos a dar para la desescalada, que más bien sería desconfinamiento o, si me apuran, un desenjaule. Hasta que salgan las instrucciones por escrito -y si no tienen que rectificar después- tiene Sánchez a media España enfrentada con la otra media, porque unos interpretan que habrá que hacerlo de una manera y otros de otra. Es, ni más ni menos, como le decía Casado a Sánchez, un hacer permanentemente el ridículo, pero jugando con nuestras vidas.

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