Un Piolín para los damnificados palmeros

Continuamos preguntando a qué coños fue elPrepotente a la ONU, en Nueva York. Podía haber enviado el discurso de tres minutos grabados. ¡Pues, nada, machos, a gastar de nuestra pasta, que de la suya ni un puñetero duro! Así también viajaríamos los demás. Fue a la ONU a decir que España está comprometida con la limpieza de la atmósfera. Fue a Nueva York en avión, en el Falcon -también se puede ir en barco-, aparato que odian sus socios comunistas en el Gobierno, y los propios socialistas, porque son los vehículos que más contaminan, y por eso quieren prohibir los vuelos cortos. Que se viaje en tren, artilugio, por cierto, en el cual los viajes valen más que los del avión; dos personas en Iberia, ida y vuelta, en plenas navidades unos ciento ochenta euros. Madrid-Zamora, ida y vuelta en Renfe, dos personas, cualquier día, ciento sesenta euros. 

Pues sí, pues sí. ElPrepotente llegó a tiempo para acompañar a Sus Majestades los Reyes en su visita a la isla de La Palma. Sus Majestades se mostraron impresionados por la desolación que pudieron ver en vivo y en directo. El Rey declaró que había que ayudar a los palmeros como fuera, con todos los medios. Pero, del dicho al hecho va un trecho. La gente, pasados los primeros momentos del miedo, ya se está empezando a cabrear. No es para menos. Han perdido sus casas, sus granjas, sus explotaciones agrícolas y ganaderas y, encima, están muchos de ellos viviendo en alojamientos que ni se los ofrecen a los inmigrantes que llegan en pateras. La mayor parte de estos inmigrantes están alojados en hoteles. Y, oigan, que ya vamos para la semana desde que se inició la catástrofe.

Menos mal que no ha habido que lamentar daños personales graves, debido, también hay que decirlo, a las ayudas con las que han contado los damnificados. Pero, urge alojarlos de manera digna. Bien es cierto que algunos se han podido hospedar en casa de familiares y amigos. Pero, no es eso. El gobierno canario anda enfrascado, lo dicen los periódicos, en encontrarles alojamientos, bien comprando viviendas, bien en hospedajes de alquiler, y, cómo no, no podía faltar, darles cobijo en los barcos-hoteles que las compañías navieras tienen allí atracados, sin actividad. Podría ser una salida provisional al problema. Pero, por favor, que no los alojen en el Piolín, de nefasto recuerdo para todo el país.

Lo del volcán de La Palma parece que se puede prolongar, incluso hasta un par de meses. No se sabe. Lo que sí sabemos de cierto es que hay cientos de familias que están sufriendo. No las podemos olvidar. No puede suceder, como casi siempre, que el país se vuelca solidariamente con ellas, y lo seguiría haciendo si los políticos, si, en este caso, el Gobierno socialcomunista de elPrepotente mantiene vivo el recuerdo. Mucho nos tememos que no, como tampoco se acuerda el Gobierno de los damnificados por el terremoto de Lorca, sin ir más lejos, como quien dice, ahí a la vuelta de la esquina. Tampoco se acuerda de las víctimas de los asesinos etarras.