Traductor

Buscar en este blog

martes, 24 de febrero de 2015

El "númerouno", un hombre bueno y de paz

Temen los del nuestro Gobierno que las amenazas contra España del "Gorilados" de Venezuela se hagan efectivas y se produzcan expropiaciones de empresas españolas allí ubicadas. Si es que no se lo creyeron, y ahora estamos alerta. O es que se esperaban otra cosa, no sé. Esta gente siempre cumple, son aliados incondicionales del mal: arrasan la democracia en su país, encierran a los líderes de la oposición, arrastran a los países de al lado y, ahora, quieren exportar su sistema. De hecho, en España ya están cavando los cimientos con los que pueden, camino hacia Europa.
Ahora viene el "númerouno" de "empudiendo" y dice que "a priori" no le gusta que se detengan alcaldes, en alusión a la detención de Ledezma alcalde de la ciudad de Caracas, como también ha dicho que rechaza todo tipo de terrorismo. El caso es que ni ha condenado el sistema que roba las libertades así porque sí -que digan y prueben qué ha hecho el alcalde-, ni ha condenado el encarcelamiento -ya lleva más de un año en prisión- del líder opositor, Leopoldo López, ni ha llamado jamás asesinos a los terroristas de la banda de mafiosos etarras. "DondedigodigodigoDiego". Y tampoco es eso.
Dice el "númerouno" que ambos países dos, España y Venezuela, han elevado demasiado el tono, y él se ha permitido aconsejar -hombre de Estado, porque ya conoce Nueva York, aunque no quiso hacer "selfí" con Obama- que rebajen la tensión -que esto no es bueno ni para los unos ni para los otros-, cuando el único que vocifera y amenaza es el "Gorilados" de Venezuela. Porque, hombre, si las declaraciones del Gobierno de aquí son como que pide disculpas; seguro que no ha escuchado al ministro de los Exteriores, señor Margallo. Entiendo que quiera arrogarse el papel de reconciliador, de hombre bueno y de paz. Pero eso suena a algo que ya hemos oído en alguna otra ocasión. Y como que no gusta.
Aquí, una de cal y otra de arena. Y a ver cómo nos vamos desmarcando, poquito a poco. Porque si el "Gorilauno" nos la dio, el "Gorilados" nos la bendiga, y a ir cerrando frentes -no se nos vaya a ver el plumero-, empezando por el de Juancar, que ha dado lo suficiente de sí. Ya hemos rentabilizado bastante el tema. Sí, sí, sobre todo que hemos desviado la atención sobre otras cosas. Ya entiendo, ya. Dicho y hecho, el caso ha quedado zanjado. Lo dijo Blas, punto final, y a otra cosa mariposa. Entendido, entendido.
Además -si se me permite el inciso, porfa- agradecerle al "númerouno", la definición que ha dado de rico: "El que, a través de ingeniería financiera, no paga impuestos". Se lo pasaremos a Juan Luis Cebrián, para que lo anote como la primera acepción de definición en el diccionario de la RAE y que retire la actual: "Adinerado, hacendado o acaudalado", porque esto es lo que pensaba yo que era Juancar, quien, por cierto, está otra vez en guerra, por el Metro, mientras piensa -porque, a veces, piensa- en los ingenieros que concibieron el entramado de túneles. ¡Ostras, siempre se aprende algo!
En fin -y como dicen en los anuncios de la tele- demostrado: el "númerouno" no es sólo un joven profesor de la Complu, "telectualél", hombre de bien y de paz, también es el jefe del primer partido de la oposición, por lo que el pacto de Estado antiyihadista no es tal, porque no se ha contado con él. Menos mal, pero que lo sepa Pedro Sánchez, el del psoé. Por si acaso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto