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sábado, 21 de marzo de 2015

La abstención "el coco" en Andalucía

No podía ser de otra manera, como es obvio. Y si ha llegado el día 21, también llegará el momento electoral, es decir el 22, domingo V de Cuaresma, Día Mundial del Agua y santos Pablo, Deogracias y Bienvenido, según el "Zaragozano". Nada nuevo bajo el sol, sólo que será una jornada tensa, en la que muchos se la juegan y otros muchos más vislumbraremos hacia donde se encara este nuestro país, de momento llamado España. Mucho dependerá de los todavía ahora indecisos a quién dar su voto y de los que no quieren dárselo a nadie. Indecisión y abstención son hoy los protagonistas.

O votar o no votar. Esa será mañana una cuestión importante que se plantearán muchos andaluces. Están en su derecho. Son conscientes -cada uno de ellos- de la importancia que tiene su voto sumado a otros votos. Saben que su abstención, junto a otras abstenciones, puede pesar y valer casi tanto como los votos de los convencidos de votar. Esta jornada de reflexión puede servirles para optar por una u otra decisión.
Votar en blanco es otro derecho al que podemos recurrir los ciudadanos. Abstención, voto en blanco o inclinarse por un partido. En cualquier caso -lo que es válido para todo proceso electoral-, lo importante es que hágase lo que se haga que ello sea con el convencimiento de que su aportación única será lo que estime más conveniente, y si lo es para todos, mejor que mejor. En este caso el "estime" y para "todos" referido a los andaluces y, por extensión, a los españoles.
O se puede esperar hasta el último momento -aunque sólo sea por romper las encuestas y los pronósticos- y, a medida que se vayan conociendo estimaciones de los resultados, acudir a las urnas y votar. Quizá mañana esa sea una buena estrategia, que cada cual puede decidir individualmente, pero, al final, votar. Sería espectacular que los abstencionistas dieran al traste con los agoreros. Es sencillo, sólo hay que ir al colegio electoral y votar.
Tengamos en cuenta que el voto de mañana puede decidir mucho sobre el futuro de líderes, el futuro de partidos. Y el de España.
Es, quizás, uno de los días clave e históricos de nuestro país, desde que vivimos en democracia y con una Constitución que la avala.
Sólo nosotros, aunque en este caso más concreto los andaluces tienen en su voto el poder  de seguir disfrutando de ellas, de la democracia y de la Constitución.
Por eso, porque se vote, es por lo que los partidos mayoritarios han "peleado" durante la campaña electoral: que se vote, que no se queden los ciudadanos en casa, que no se regale esa abstención a los oportunistas de turno.
O lo contrario podría ser el principio del fin de muchas cosas que los españoles hemos ido logrando poco a poco, con esfuerzo y sacrificio.
Deben plantearse mañana los andaluces que en su voto -y su voto necesario- hay un poco de su futuro y otro poco del futuro de todos los españoles.
Es decir -y como indicaba más arriba- tiene que ser un voto, el de los andaluces, en conciencia, porque se juegan -y nosotros con ellos- el futuro que queremos dejar como herencia a nuestros hijos.
Mañana se deciden muchas cosas, sin duda. Así que votar o no votar o hacerlo en blanco será su decisión; ahora que si votan será cuando realmente hayan decidido.
O no. Ellos verán que es lo que les conviene, que nos conviene un poco también a todos nosotros.
Sí, es lo que quería expresar en esta jornada de reflexión, y transmitir este pequeño mensaje. Que voten bien.

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