Ale, ya no cabía más gente en la manifestación se cesionista del
delincuente Arturo Mas. Dicen los organizadores que dos millones de personas se
manifestaron hoy, día de la Diada, por las calles de Barcelona. La policía municipal,
adepta al régimen, o, al menos supeditada a él, da un millón cuatrocientos mil.
Seguro que no llegaban ni a un millón. Si piensa el delincuente que esto es un
éxito, se equivoca. Pero, bien lo sabe él por más que quiera disimular, y más
aún si consideramos esa cifra ridícula con el resto de España, que somos unos
cuantos más. Por cierto, a los que no nos moverán.
Muchos de los que hoy han participado en la manifestación de la Diada,
contarán a sus hijos y nietos, cuan ridículos se consideraron al final y, sobre
todo, porque los manipularon, les estaban haciendo creer que iban a llegar a un
lugar mejor que el Paraíso. De todo se aprende, experiencia que pueden heredar
sus descendientes, que podrán detectar desde el principio a los lunáticos, como
el delincuente Mas, el descerebrado cabeza-limpia primero de la lista de “Juntos
por el sí” y del siempre aprovechado partido republicano.
Aunque algo sí han conseguido, y es que ministro de los Exteriores, García
Margallo, haya logrado levantar las posaderas de los asientos de más de media
España, no sólo de la derecha, por dejar al Gobierno en entredicho al proponer
una reforma constitucional para beneficiar a Cataluña. Esta bajada de pantalones
-pena de no haber habido alguien al lado con un paraguas- cayó ayer peor que un
chaparrón a chuzos. Menos mal que ya sabemos quién es este elemento –al que con
un par, debería haber cesado Rajoy, en el mismo momento-, que tendría que estar
preocupándose más de la barbarie venezolana –que para esos es el de los
Exteriores- que de decir estupideces y quedar al Gobierno en evidencia.
Ahora que para decir tonterías ya tenemos a los de “El País”, defendiendo al
separatista Piqué. Es que para estos “paisistas”, que ellos mismos se lo creen –son
así de estúpidos- todo vale. Se puede ser separatista y se puede jugar en la
selección española de fútbol; además, para decir esto lo hacen insultando a los
que le pitan, y lo hacen por esa razón no porque se lleve mejor o peor con el
Madrid. Así les va las ventas a estos fumaos.
Pero miren que hay arlequines que se están subiendo al guindo. Otro que tal
baila es el entrenador del Barcelona, el gijonés Quique. Madre mía. Si es que
están todos cortados por el mismo patrón. Otro que para defender al su pupilo
tiene que insultar a los demás, y con el mismo argumento, que no hay
incompatibilidad de ser separatista y jugar en la Selección. Coño, lo mismo que
si alguien se dececa en la mamá de elQuique y luego se van juntos, elQuique y
el de la defecación, a tomarse juntos el vermut. Y aquí no ha pasado nada.
Pesetero será hasta que ya no pueda más. Y sinvergüenza también.
Bueno, pues nada, ya saben que este proceso secesionista está sacando a
muchos del armario. Si lo miramos de esta manera, no hay mal que por bien no
venga. Cuando toada esta vorágine haya pasado, cada cual que aguante su vela,
incluidos los etarras de Bildu, que ahora son amigos del delincuente Arturo,
quien a su vez espera que de aquí al 27S también lo apoyen los de Pueden. No sé
si lo harán, los de Pueden, pero a quien sí han apoyado, sin tapujos, a los
proetarras de Bildu. Menudas amistades. Dios los cría y ellos se juntan.
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