Permítanme que insista, como el tío del anuncio. El seleccionador nacional
del fútbol de España, Vicente del Bosque, elBigotes,
parece que sigue sin saber en qué país vive. O bien que últimamente le gusta
figurar por demás. O más bien parece que le guste que le den “látigo”, como el que
elBarredor le ha prometido que le va
a dar al delincuente Arturo Mas, y
no por delincuente, sino porque parece que a ambos les va eso del “sexo duro”.
Allá ellos.
Eso, lo que decía, que el seleccionador nacional, miembro de la nobleza,
por obra y Gracia Real del emérito Rey Juan Carlos I, sigue algo
despistadillo, se diría que algo senil, pero contrariando al personal, coño,
con algo de mala leche. Porque ahora vuelve –similar al asesino- al lugar del
crimen, sacando a relucir al su ínclito central Gerardo Piqué.
El jugador secesionista, del secesionista equipo de fútbol, el Barcelona, viene a ser así algo como
un genio; bueno, no tanto, pero sí que
todo un machote, que ofrece ruedas de prensa y les da sopas con ondas a todos los “plumillas”, y si hace falta hasta
un balonazo o acordarse de sus respectivas mamás, como hizo con el adjunto, lo
que le costó cuatro partidos de “descanso”. ¡Vaya ejemplo para los niños!
El seleccionador estaba hoy flamante, encantado con la intervención del secesionista
jugador ante la prensa, porque manifestó su claro “compromiso con la selección
española”, pero que de todas formas sobraban las palabras porque lo ha
demostrado jugando y se siente “identificado con todo lo que es la selección
española”. Sobre todo, identificado con la “pasta” imaginamos, porque, por lo
demás, abre el paraguas y le da igual que caigan chuzos. A eso se le llama,
cara dura, o si quieren, para mejor entendernos, sinvergüenza.
Por el contrario, el seleccionador resta importancia a las declaraciones
del también internacional y madridista, del Real, Sergio Ramos, que
le afeó su conducta, a ambos, seleccionador y jugador secesionista. Pero, eso
no tiene que influir en la marcha de la selección. Claro, porque, como siempre,
como no quiere ver la realidad, todo es libertad de expresión –cuando le
interesa-, así como el que mete la cabeza debajo de la manta. Lo que tienen que
ser los dos jugadores es buenos amigos, por decreto o por amenaza.
Como siempre, en este caso, el seleccionador se equivoca, y mucho. No se
puede repicar e ir a misa a la vez. O elPiqué
se considera catalán y español -cosa que
jamás ha declarado- o tiene que pirárselas o hay que largarlo. Su postura es
totalmente incompatible con el vestir el uniforme de la selección española. Tan
incompatible como si la vestimenta española la utilizaran Messi o Cristiano. Sí se
me entiende, sí.
Lo más triste, y espeluznante, de todo este asunto sigue siendo la postura
del seleccionador, del que recordamos que considera al secesionista como de la “familia”,
entendemos que de la suya, porque no de la española. Y sobre todo, por una
parte, que todavía no haya repudiado la “pitada” al Himno de España en el campo del Barcelona en la final de la Copa
del Rey y, por otra, que quiera hacernos creer que los pitidos al
secesionista, tanto en León como en Oviedo, eran por cuestiones del madridismo.
Que no, hombre, que no, que no nos moverá, aunque sea él el que mueva el
partido de la selección española del Bernabéu
a Alicante. Vergonzoso. A ver si
tiene la dignidad de bajarse en la próxima.
-- El ministro de los Exteriores,
García Margallo, sigue dando la “lata”
en las elecciones del 27S. Si días
atrás metía la pata proponiendo una reforma constitucional para favorecer a Cataluña en las recaudaciones, ahora va
a mantener un debate con el republicano Junqueras,
ni más ni menos que en la tele de Godó.
Estará frustrado por no haber sido el el candidato “pepero”. Pero, joer, qué
manera de meter la pata. Y nadie lo para.
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