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jueves, 28 de enero de 2016

Felipe, el camarada cavernícola

Las declaraciones del expresidente de Gobierno, de laPesoé, Felipe González, han tenido su eco, pero, como tal, terminan apagándose, al igual que las voces. En principio, nos esperábamos que iba a sentar cátedra; luego, resultó ser como lo de ni está ni se le espera. De hecho, elChupatintas Luena, es decir elPedroQué?, le ha vuelto a reiterar hoy a González que dejar gobernar a los peperos es como indultarlos por la corrupción. O sea, que va a hacer lo que quiera, y que mida muy mucho sus fuerzas la lozana andalusssa.
El expresidente socialista, como hace últimamente, como recordamos sobre la región catalana, da una de cal y otra de arena en el periódico de referencia para los de laPesoé, el de Cebrián, "El País". Tan pronto dice una cosa como dice la otra, como deja entrever o insinúa cualquier asunto. No quiere a Sánchez, elLimpiabotas de los podemitas, pero no se atreve a decirle que se vaya, porque como no se va a ir lo dejaría a él en mal lugar. Tampoco quiere a los peperos, y menos alMaryJoy, pero dice que no se puede prescindir de ellos, así por las buenas. Se inclina por un Gobierno de progreso, pero no define qué es para él progreso o quiénes serían los progresistas que tienen que formar Gobierno. Es algo así como que igual que les digo una cosa les digo la otra. Y que viva España.
Lo único que deja claro, vamos que se desmelena, es en su opinión sobre los ángeles zapateriles, que aspiran a entrar en el cielo -asaltándolo, como si fuera una capilla-, cogiendo desprevenido a San Pedro. Para González, los podemitas son peores que la sarna, envidiosos, tramposos y mentirosos, que sólo aspiran a encaramarse en el poder y desde allí imponer su voluntad, no la del pueblo. Su fe es el estalinismo y su patria la que quieran imponer Venezuela, Irán y Rusia. ¡Malos, malos, que, por favor, no los ajunte elPedroQué? Pero, acaso, sí.
Resulta evidente que el mítico Felipe González está perdiendo fuelle e influencia en su propio partido, incluso el respeto en el de los podemitas -si es que se lo tienen a algo o a alguien-, que lo consideran pesoísta, pero de la parte de los insensatos. O que no ha querido comprometerse, yendo a salvarse él mismo, que dudo mucho que lo haya logrado con lo que ha dicho. Sí ha logrado, sin embargo, llevar el desencanto, la desilusión y la desesperanza a todos aquellos que esperaban que pusiera orden y cordura en laPesoé, o al menos hiciera un llamamiento a ello. Pero "nádená"". Ni eso tan siquiera. ElPedroQué? gana el pulso.
Van a tener razón quienes desde diferentes medios -chulitos ellos, desinhibidos ellos, sin rubor alguno- afirman que Felipe, como otros muchos más de su era -que no era precisamente la era digital- son unos verdaderos dinosaurios, cavernícolas, que están más que amortizados: unos "jubilatas" que cuentan sus batallitas -hasta en la teuve, como elLitri- pero incapaces de vivir el presente, que los supera. ¡Mecá, que así lo dicen! Y acaso no se equivoquen, porque, al fin y a la postre, lo que ha venido a concluir Felipe es que en el Comité Federal del sábado hagan los socialistas lo que tengan que hacer, pero sin decir qué. ¡Qué bonito!
Miren "pamí" en lo único que ha estado más acertado ha sido en lo de los ángeles podemitas -no de los de Victoria, aunque alguna angelita se lo crea-, es decir que son como alimañas con piel de cordero. Y en eso coincide con el otro expresidente de Gobierno, el pepero José María Aznar -que tampoco quiere a su presidente del su partido, pero no lo dice abiertamente-, quien también está convencido de que son malacos, un peligro para este nuestro país, es decir España.


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