El cabreo del gigante

Menudo cabreo se cogió ayer el catalán García Albiol, y es que cuando se los coge son tan grandes como él, el gigante pepero. Y, hombre, no es para menos. No es normal que se reúnan en secreto en el aeropuerto de Barcelona el ministro de las Economías Españolas, Luis de Guindos, y el vicepresidente de las respectivas suyas en la región española de Cataluña, el republicano Oriol Junqueras. Total, ya me dirán, cuánto tiempo íbamos a tardar en sabernos conocedores del encuentro, allí, en un lugar donde pasan cientos de personas diariamente. Lo que molesta es el hecho.

Está elGigante Albiol -al que le arrebataron el trono de su pueblo, por los susodichos pactos, cuando había sido su partido el más votado- batiéndose el cobre en el Parlamento catalán contra los secesionistas golpistas de Juntos por el sí y los guarrillos de las CUP -incluso, teniendo que soportar a la jefa pepera en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho- y llega elGuindo y se le sube a la chepa, y por la espalda, a traición.

Pues, qué otra cosa se puede esperar, cabreo al canto. Porque, encima, ambos dos se reunieron para hablar de las pelas, de lo que parece no salió mal parado el vice y golpista catalán. Porque, ya saben, necesitan para junio más de setecientos millones, de los de euro, para pagar al funcionariado, que ya no les queda pasta; es más, el ministro de elGuindo le dio buenas palabras y se comprometió a trasladarle la situación perentoria al ministro de las Haciendas de las Españas, otro que tal baila, elMontoro, que, como siempre, al final, concluirá dándole la pasta, para que puedan seguir desde la Generalidad montando embajadas y continuar la campaña de desprestigio contra España y "secesionándose", por ejemplo, sin que funcione la Sanidad, sigan desobedeciendo las leyes "del invasor" y hagan de su capa un sayo, que seguro que dicen que la citada prenda tuvo allí su origen.

La postura, quiero decir el cabreo de elGigante, que en esta ocasión -ha debido haber más- no se lo ha callado, incluso, lo ha manifestado en nota de prensa, saltándose a laAlicia -que debe vivir en el país de las maravillas-, porque le parece inadmisible que un ministro del Gobierno de España se cite en secreto con quienes insultan a España y vituperan al pepé. No le importa a elGigante que se den el pico, pero, coño, con luz y taquígrafos, no a escondidas, como si fueran amantes engañando a sus respectivos.

Pues, no vean, ya le han salido defensores, a los de la reunión. Un tal García-Avadillo, que dicen dirigió El Mundo -¡jo, hasta dónde llegan algunos!-, le reprocha a elGigante su intransigencia, porque, dice el articulista, Cataluña es España y la Generalidad es española. En fin, que los demás, que ponemos los dineros, también somos españoles, pero tontos no; es que no se entera. Y elGigante está en su derecho de protestar todo lo que se le viene en gana, que también es español, y porque, sencillamente, se ha sentido ninguneado -por no decir traicionado- por su propio partido, como nos hemos sentido ninguneados los españoles -menos este Avadillo, parece- en muchísimas ocasiones por el Gobierno de España, por elMaryJoy, por elCetapé, incluso por el de Aznar y el de González. ¡De aquellos barros, estos lodos!

No se entera, elAvadillo. Poco ha salido ha abroncar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cuando poco menos que ha llamado indeseable al Ejército de España, por tener una representación en el Salón de la Enseñanza. Y eso sí que es pasarse, les ha dicho que su presencia no era grata en ese recinto. ¡A ver si elAvadillo se lo apunta! Y alguien más, creo.