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jueves, 18 de agosto de 2016

Maduro, émulo del gran Gatsby

Los venezolanos han inventado el “biocofre”, que ya sustituye a los ataúdes de latón,
que, a su vez, suplieron a los de madera



Como lavado con Perlán, oigan. Así se presentó el dictador venezolano, Nicolás Maduro, en la República Dominicana para asistir a la toma de posesión del presidente Danilo Medina. Un traje blanco, impoluto, como si fuera “unvirgen”, vestía el de Venezuela. “Acongojaos” quedó a sus anfitriones, que, como es de rigor, se envolvían en sobria indumentaria, que era lo que pedía la ceremonia. Pero, no, elGorilaDos, como no podía ir con su oloroso chándal, se propuso dar la cantada, ¡Y vaya si la dio! Vamos, que ni el gran Gatsby -encarnado por Rober Reford, que cumple ochenta años- con su vestimenta amarilla chillona, o el más actual  Gatsby, de Leonardo DiCaprio, le llegan a los talones al presidente de Venezuela, en eso de la elegancia chabacana. Un pimpollo, ya les digo.

Desde las redes sociales, menos bonito, lo han llamado de todo. Incluso comparaban el blanco del traje con el color del polvo con el que trafican los sobrinos de su mujer, que han sido detenidos en los Estados Unidos. Incluso algunos lo acusaban de hacer publicidad subliminal de la industria familiar, comparando el blanco del traje con el blanco que sale de la plantación.

Ahora que, ríanse, ríanse, que mientras él, el chavista Maduro, se lo pasa en grande, tanto con los dominicanos como con los cubanos. Ojo al dato, porque para el viaje que realizó a Cuba, para el noventa cumpleaños del dictador -con su hermano- de la isla, Fidel Castro, se gastó la friolera de cuatrocientos mil euros. Se hizo acompañar por un  séquito de ochenta personas, entre las que se encontraban altos cargos de su gobierno, muchos familiares y muchos amigos, bailarinas, cantantes y animadoras, que si no no hay diversión. A todos los mantuvo a cuerpo de rey durante ocho gloriosos días. Se conoce que dijo que “no hayga miserias”. Y así se cumplió.

Los que quedaron en su país, o sea todos, menos los ochenta afortunados del séquito presidencial, siguieron a lo suyo, a ver cómo engañar al día para poder llegar vivos al día siguiente, si antes no han sido víctimas de la violencia callejera que se ha desatado -y sigue creciendo- en el país con las reservas de petróleo más importantes del mundo. Está llegando la pobreza a tal nivel, que son buenas para comer las hierbas que los otros arrojan. Con esto está dicho todo.

Hasta tal extremo mísero y miserable se está llegando en Venezuela que la muerte, además de un drama por ella misma, se convierte en verdadera pesadilla para los familiares de los finados. No hay dinero ni para pagar el entierro de los que se lleva la parca. Y a río revuelto, ganancia de pescadores. Las que se están forrando son las funerarias, que, a falta de madera para construir los féretros, se han inventado el “biocofre”, que ya sustituye a los ataúdes de latón, que, a su vez, suplieron  a los de madera. Estos nuevos féretros son más fáciles y rápidos de fabricar -por el momento- y más baratos para los familiares de los futuros inquilinos. A la vez, contenta a los ecologistas y verdes trasnochados, porque son biodegradables. A todo esto no sabemos lo que dirán las feministas. Por si acaso, no digo más.

Está visto que estos populistas impopulares cuando aparecen o reaparecen, como es el caso de Maduro allí, o aquí, en España, elBarredor podemita Pablo Manuel Iglesias, les gusta armarla. El populista de aquí, que llega de uno de los agujeros del Guadiana, lo hace, según los de laPesoé, mintiendo, porque dicen que elPedroQué no ha hablado -digo yo que todavía- con el podemita de formar un futuro Gobierno para España, si fracasa la intentona de elMaryJoy, que se presentará a la investidura el treinta de agosto. No sé de todas formas, a quién creer, porque vista la protura favorable de laPesoé a la candidatura del etarra Otejjji, su palabra nos hace entrar en la barrena de la duda.


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