Los venezolanos han inventado el “biocofre”,
que ya sustituye a los ataúdes de latón,
que, a su vez, suplieron a los de
madera
Como
lavado con Perlán, oigan. Así se presentó
el dictador venezolano, Nicolás Maduro,
en la República Dominicana para
asistir a la toma de posesión del presidente Danilo Medina. Un traje blanco, impoluto, como si fuera “unvirgen”,
vestía el de Venezuela. “Acongojaos”
quedó a sus anfitriones, que, como es de rigor, se envolvían en sobria
indumentaria, que era lo que pedía la ceremonia. Pero, no, elGorilaDos, como no podía ir con su oloroso chándal, se propuso
dar la cantada, ¡Y vaya si la dio! Vamos, que ni el gran Gatsby -encarnado por Rober
Reford, que cumple ochenta años- con su vestimenta amarilla chillona, o el
más actual Gatsby, de Leonardo DiCaprio, le llegan a los
talones al presidente de Venezuela, en eso de la elegancia chabacana. Un
pimpollo, ya les digo.
Desde
las redes sociales, menos bonito, lo han llamado de todo. Incluso comparaban el
blanco del traje con el color del polvo con el que trafican los sobrinos de su
mujer, que han sido detenidos en los Estados
Unidos. Incluso algunos lo acusaban de hacer publicidad subliminal de la industria
familiar, comparando el blanco del traje con el blanco que sale de la
plantación.
Ahora
que, ríanse, ríanse, que mientras él, el chavista Maduro, se lo pasa en grande,
tanto con los dominicanos como con los cubanos. Ojo al dato, porque para el
viaje que realizó a Cuba, para el noventa
cumpleaños del dictador -con su hermano- de la isla, Fidel Castro, se gastó la friolera de cuatrocientos mil euros. Se
hizo acompañar por un séquito de ochenta
personas, entre las que se encontraban altos cargos de su gobierno, muchos
familiares y muchos amigos, bailarinas, cantantes y animadoras, que si no no
hay diversión. A todos los mantuvo a cuerpo de rey durante ocho gloriosos días.
Se conoce que dijo que “no hayga miserias”. Y así se cumplió.
Los
que quedaron en su país, o sea todos, menos los ochenta afortunados del séquito
presidencial, siguieron a lo suyo, a ver cómo engañar al día para poder llegar vivos
al día siguiente, si antes no han sido víctimas de la violencia callejera que
se ha desatado -y sigue creciendo- en el país con las reservas de petróleo más
importantes del mundo. Está llegando la pobreza a tal nivel, que son buenas
para comer las hierbas que los otros arrojan. Con esto está dicho todo.
Hasta
tal extremo mísero y miserable se está llegando en Venezuela que la muerte,
además de un drama por ella misma, se convierte en verdadera pesadilla para los
familiares de los finados. No hay dinero ni para pagar el entierro de los que
se lleva la parca. Y a río revuelto, ganancia de pescadores. Las que se están
forrando son las funerarias, que, a falta de madera para construir los féretros,
se han inventado el “biocofre”, que ya sustituye a los ataúdes de latón, que, a
su vez, suplieron a los de madera. Estos
nuevos féretros son más fáciles y rápidos de fabricar -por el momento- y más
baratos para los familiares de los futuros inquilinos. A la vez, contenta a los
ecologistas y verdes trasnochados, porque son biodegradables. A todo esto no
sabemos lo que dirán las feministas. Por si acaso, no digo más.
Está
visto que estos populistas impopulares cuando aparecen o reaparecen, como es el
caso de Maduro allí, o aquí, en España,
elBarredor podemita Pablo Manuel Iglesias, les gusta
armarla. El populista de aquí, que llega de uno de los agujeros del Guadiana, lo hace, según los de laPesoé, mintiendo, porque dicen que elPedroQué no ha hablado -digo yo que
todavía- con el podemita de formar un futuro Gobierno para España, si fracasa
la intentona de elMaryJoy, que se
presentará a la investidura el treinta de agosto. No sé de todas formas, a
quién creer, porque vista la protura favorable de laPesoé a la candidatura del
etarra Otejjji, su palabra nos hace entrar
en la barrena de la duda.
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